Blanco o negro es un film de venganza. Adrián, el protagonista, trabajó en el mundo criminal y por un ajuste de cuentas, mataron a su novia. Luego de un largo exilio en las montañas, Adrián decide regresar a la ciudad para cerrar el círculo. Policial negro de venganza lleno de excesos, algo poco habitual en el cine argentino, demasiado afecto al minimalismo mal entendido. Tan rara es esta película que dura dos horas quince minutos, algo tan poco habitual que es digno de destacar. También es notable lo artificial de varias situaciones, muy al uso del film noir clásico.
A pesar de limitaciones de actuación y excesos no siempre positivos, Blanco o negro es uno de los pocos films argentinos actuales que peca de exceso y no de falta. Mejor que sobre y no que falte se suele decir y la película es la comprobación de que a veces esto es cierto. Pero claro, sobran cosas, hay desviaciones, momentos que tal vez podrían haber quedado afuera.
Sin duda está hecha por alguien que ha visto, que ha visto policial negro y desea evocarlo en cada escena. Desde los films más clásicos al neo noir de fines de los noventa y hasta la actualidad. Más allá de algunos problemas con las actuaciones y muchas situaciones no logradas, Matías Rispau (protagonista también del film, otra rareza) es un nombre a seguir.