El fenómeno del cine rumano es conocido por todos los cinéfilos. En este año en el cual la producción del cine mundial se vio detenida durante algunos meses y sigue estándolo en varios países, era de esperarse que algún cineasta produjera algún material que diera cuenta no solo de las cuarentenas sino también de las limitaciones que estas suponen para realizar obras cinematográficas. Seguro hay muchas circulando por el mundo y en Argentina ya se estrenó en streaming el film Murciélagos (2020) hecho con fines solidarios. Pero a diferencia de este título argentino, que son varios cortometrajes separados, la película rumana 9 relatos de amor y odio en cuarentena tiene un nacimiento más orgánico y complejo, aun cuando finalmente obedezca a las limitaciones de estar cada uno en su propio espacio.
Realizada por el director y productor rumano Dan Chisu la película conoce sus limitaciones pero pone todo lo que tiene para resultar interesante y sorpresiva dentro de lo posible. Con humildad homenajea al que tal vez sea el máximo cineasta del encierro, el iraní Jafar Panahi, creador de Esto no es un film (2011) y Closed Curtain (2013) quien literalmente narró un cine con encierro y sobre el encierro, en una demostración completa de la genialidad de ese director. Chisu no buscar compararse, pero sí aprovecha para marcar las diferencias al rendirle ese homenaje.
9 povesti de dragoste si ura in izolare tiene sentido del humor, rasgos de humanidad y un juego permanente de entrar y salir del cine. Un registro más del año que cambió el mundo. Con un presupuesto cero, Rumania dejó este testimonio para la posteridad o al menos para pasar con menos angustia estos días difíciles que nos han tocado vivir.