PADRE DE FAMILIA
El cine europeo actual ha encontrado en el tema de la diversidad cultural, la migración y las tensiones sociales derivadas de esto, un espacio rico para la reflexión sobre el mundo contemporáneo. Aunque no es el único cine que se hace en Europa, si está claro que es el que logra más repercusión en premios, debates y, no por casualidad, distribución internacional, que llega, incluso, a nuestro país. Los espectadores que sigan con atención los films europeos habrán notado, semana tras semana, cómo este tema vuelve una y otra vez, ya sea en diferentes formatos o estilos. Films como Al otro lado, Entre los muros, El silencio de Lorna, Paris, Jardines en otoño
son algunos de los títulos que en los últimos meses tocaron de forma frontal o lateral estos temas. Es como si ya no se pudiera elegir el tema, pues en realidad, está en el corazón mismo de las sociedades europeas. Incluso en los films industriales se percibe esta diversidad y tensión, pero no se coloca la fuerza del film en estos puntos. En Estados Unidos el tema también existe, pero se pierde dentro de una oferta cinematográfica mucho más numerosa. Lo mismo en Argentina, aun cuando en nuestra cinematografía se intente evitar las tensiones sociales provenientes de las migraciones.
Cous cous, la gran cena -título local, derivado del internacional, pero muy diferente al original: La graine et le mulet– retoma esta temática y expone, a partir de la mirada del realizador tunecino, radicado en Francia, Abdellatif Kechiche, la vida de los inmigrantes en la sociedad francesa. El director decide poner el énfasis en estos temas a partir de los vínculos familiares. El despido del patriarca de una familia magrebí es uno de los movimientos que dispara conflictos en la historia, aunque no es el único. Este hombre de 61 años decide poner un restaurante en un barco amarrado en el puerto. Esto generará distintos problemas, porque quien cocina el maravilloso cuscús es su ex mujer, y la que lo ayudará a llegar a concretar el proyecto es la hija de su actual pareja. A medida que avanza el proyecto, la trama se divide en dos grandes descripciones: por un lado, el paternalismo de los franceses frente a la cultura musulmana y la clase trabajadora y los inmigrantes (sean recién llegados o no) y por el otro, las fuertes tensiones de una familia regida por costumbres patriarcales que terminan por hacer estallar el conflicto hacia el desenlace del film en un final abierto con aires de tragedia. Si Kechiche decide abandonar poco a poco el estilo despojado del cine actual y pasar a enredarse en un suspenso cada vez más melodramático, hay que pensar que lo hace para lograr mayor conexión con el espectador y, detrás de las convenciones, esbozar una compleja crítica a la sociedad en su conjunto: nativos e inmigrantes, no sólo con defectos, sino también con sus virtudes, sus valores de solidaridad y coraje.