Alex Cross no es un personaje nuevo. Se trata de una creación literaria de James Patterson, autor que ha entregado docenas de libros con este detective. Su éxito gigantesco desde la publicación del libro en el año 1993, lo llevó directamente al cine. Morgan Freeman lo interpretó dos veces, en Besos que matan (Kiss the Girls, 1997) de Gary Fleder y Telaraña (Along Came a Spider, 2001) de Lee Tamahori. Aunque no fueron bien recibidas por la crítica, sí fueron éxitos de taquilla. Un intento de retomar al personaje en el año 2012 con Tyler Perry como Alex Cross no funcionó comercialmente y su secuela fue cancelada. Ahora, de la misma manera que Jack Reacher ha logrado convertirse en serie, Cross tiene la suya. Los números iniciales indican que ya se puede confirmar una segunda temporada, al parecer el nuevo formato ha dado resultados.
Alex Cross (Aldis Hodge) es un detective de homicidios y psicólogo forense de Washington, D.C. que también es un devoto padre y hombre de familia. Tiene todas las características del detective obsesivo y busca profundizar en las mentes de los asesinos y las víctimas para descubrir la verdad. Cross lucha con problemas de temperamento cada vez mayores y se resiste a hacer terapia a más de un año después del asesinato de su esposa (Chaunteé Schuler Irving). Cuando está a punto de tomar una licencia, un caso complejo llega a sus manos y sabe que sólo él puede ir hasta el fondo del asunto. Lo que empieza con el crimen de un activista de Black Lives Matter, pronto pasa a ser una batalla contra un brillante y perverso asesino en serie. Los demonios personales y el enfrentamiento con este villano, se verán mezclados con los intereses políticos y escándalos con la opinión pública. Alex Cross no tiene problemas en ir hasta el límite aunque tal vez quede solo en ese deseo por resolver el caso a cualquier precio.
La serie resultará más o menos apasionante para los seguidores de los libros y se verá muy diferente para los que conocen las películas. El actor que interpreta a Alex Cross es la clase de actor de las adaptaciones actuales. Por momentos sobreactúa y por momentos parece más dedicado al gimnasio que al mundo intelectual, pero la potencia del personaje consigue, a pesar de todo, meternos en la historia. La oscuridad del relato es demasiada enrevesada como para mantenernos dentro del género policial y parece por momentos acercarse más al cine de terror y a las historias de superhéroes. El villano (Ryan Eggold) es un super villano de manual y aunque todo espectador desea su derrota tampoco termina de ser un personaje de policial. En esto también, la serie entra y sale del tono exacto y se pierden en varios momentos. Ocho episodios son muchos, a pesar de que dentro de cada uno se ofrecen diferentes niveles de entretenimiento. Para los que conozcan mucho del mundo de los asesinos seriales esta temporada inicial es todo un show de referencias y la trama central es, literalmente, un repaso de todos los monstruos criminales contemporáneos. La sensación de lo conocido y lo ya visto se asoma en varios momentos pero eso no le impide mantener el misterio. En más de un momento surge el recuerdo del temperamental detective Luther de la serie del mismo nombre interpretado por Idris Elba y en esa comparación Alex Cross queda un poco opacado. No solo por el personaje sino también por el actor.