Un dolor real (A Real Pain, Estados Unidos, 2024) es una película escrita, dirigida y protagonizada por Jesse Eisenberg. Es algo así como una road movie donde dos primos, David (Jessie Eisenberg) y Benji (Kieran Culkin), se reencuentran para visitar el lugar donde vivió su abuela en Polonia antes de la Segunda Guerra Mundial. La abuela de ambos tiene un significado importante en sus vidas, pero pronto se entiende que el viaje es una excusa para un reencuentro de los primos. El viaje por Europa incluye un tour del Holocausto junto con un grupo de personas que conocen ahí y un guía profesional que lo llevará por los lugares históricos. Ambos jóvenes, judíos, se enfrentan a ese dolor frente a la memoria del Holocausto, pero al mismo tiempo a sus propios traumas y angustias. El verdadero dolor del título refiere a esa angustia personal en relación con la tragedia de los antepasados y también del presente. Y también dicho título refiere a los dolores de cabeza que Benji le produce a David en cada minuto del viaje.
La película es tan decididamente sutil y tranquila que amenaza con volverse una experiencia pequeña y efímera, sin embargo los personajes y su vínculo muestran una firmeza en el trazo de Eisenberg como director que no da pasos en falso. Como actor, parece un nuevo Woody Allen, como director, la conexión no es tan notable, aunque se ve cierta herencia. David es como un personaje de Woody Allen fuera del mundo de Woody Allen. La combinación entre el esquemático, pragmático y exitoso David, confrontado al espíritu libre y atormentado de Benji es todo el corazón del largometraje y no se trata tanto de una película con moraleja o una tesis, sino simplemente la conjunción de dos personas que viven un momento único compartido, uno que como la película, puede parecer pequeño, pero al mismo tiempo profundo y enriquecedor.