Comedia de enredos dirigida por Nicholas Stoller y protagonizada por Reese Witherspoon y Will Ferrell. Dos bodas son planificadas en una misma fecha en una pequeña y exclusiva isla. Un error completamente justificado por la trama hace que ambos organizadores se enfrenten al dilema de tener que compartir el espacio u olvidarse del festejo. Ella (Reese Witherspoon) está planeando la boda de su hermana y él (Will Ferrell) es el padre viudo y sobreprotector que está armando la boda de su joven hija. En el medio cada grupo de invitados tiene sus particularidades, siempre pensando en generar un conflicto principal, dos conflictos secundarios y un montón más de problemas que, como se imagina, se irán resolviendo en algún momento de la trama.
Nicholas Stoller es un excelente director de comedias, responsable de Forgetting Sarah Marshall (2008), Get Him to the Greek (2010) y The Five-Year Engagement (2013), así como también guionista de estos films y de otros grandes títulos del género. Con respecto a Ferrell, queda claro que ha protagonizado algunas de las mejores comedias de los últimos veinte años y Witherspoon, no sólo es gran comediante sino que además ha ganado terreno en otros géneros. Juntos no deberían haber fallado a la hora de hacer una comedia y de hecho no lo hacen. Las escenas de comedia, por ejemplo la del inicio, en manos de Ferrell, son efectivas. Todas las secuencias con el caimán, también son graciosas, como se puede imaginar alguien que acaba de leer escenas con un caimán. Los problemas están en la parte de la emoción, un lugar común casi obligatorio en las películas de casamiento. Ahí se pierde todo el terreno ganado por la comedia. La secuencia de títulos, con canción y baile incluidos, no resulta muy graciosa, porque esos cierres efectivos solo funcionan cuando la comedia es excelente, y aquí tenemos una buena comedia mezclada con un mal drama.