Atrapados en una miniserie argentina producida por Netflix Argentina, basada en una novela del autor norteamericano Harlan Coben. La adaptación de esta novela forma parte de un acuerdo millonario entre el exitoso escritor y el servicio de streaming por el cual varios de sus libros son llevados a la pantalla en formato de serie o película. Dichas adaptaciones se han realizado en diferentes países y en el caso de Atrapados el país productor es Argentina.
Emma Garay (Soledad Villamil) es una periodista porteña radicada en la ciudad de Bariloche, en la Patagonia Argentina. Ella se dedica al periodismo digital y se especializa en capturar criminales que se evaden de la justicia. Ella tiene cierto nombre en su profesión, pero un caso pondrá en riesgo todas sus certezas. Investigando un crimen sexual, Emma se cruza en su investigación con Leo Mercer (Alberto Ammann) un hombre con una institución para adolescentes que termina convirtiéndose en sospechoso de grooming. En realidad, todos parecen actuar de forma un poco sospechosa y los que no lo hacen, al ser una miniserie policial, terminan siéndolo también.
El estilo film noir patagónico le queda muy bien al relato, un subgénero muy argentino emparentado con el policial negro nórdico, por sus paisajes y su entorno áspero. No hay que olvidar, de todas formas, que se trata de una novela norteamericana y que la adaptación altera muchas cosas del relato original. El personaje de Emma, magistralmente interpretado por Soledad Villamil, una Dorian Gray del cine argentino, quien dota a la periodista que conduce el programa “Atrapados” y que funciona como el clásico protagonista del género noir. En el policial negro clásico, la investigación nunca avanza con la policía sino con otra clase de investigador, en este caso una periodista, viuda, madre de un hijo adolescente.
La historia se mueve bastante bien en los primeros tres episodios y aunque en la escena inicial hay una pista en la voz de un personaje que delata algo posterior, vale la pena entregarse al misterio y a las sorpresas. Como personaje del género, Emma se ve sobrepasada por la situación y por sus propias debilidades humanas. El elenco de actores está en general muy bien, siendo los más jóvenes quienes no terminan de tener el mismo nivel. Pero todo lo bueno termina y la serie, aunque esté bien filmada y sea entretenida, sufre con cada nueva vuelta de tuerca, siendo el episodio final, el sexto, una catarata de giros y revelaciones. Si bien muchas de esas vueltas eran previsibles, el que sean tantas hacía pensar que muchas no ocurrirían, pero ocurren. Los finales son siempre difíciles en los policiales pero también es cierto que cuando se trata de film noir, el camino es más interesante que el punto de llegada y el clima es más poderoso que el verosímil. Con sus falencias, la miniserie funciona en los primeros cinco episodios y su protagonista justifica su visión. Un trabajo profesional de calidad.