Cine Clasico

Cortinas (1983)

De: Richard Ciupka

Cortinas (Curtains, Canadá, 1983) es un clásico de culto del género de terror slasher realizado durante el esplendor del género. Uno de esos largometrajes cuya historia de producción y rodaje es más apasionante que la película misma. Aprovechando el éxito obtenido por su film anterior, Noche de graduación (Prom Night, 1980) el productor Peter R. Simpson quiso realizar un nuevo film del género, pero buscando un público más adulto, por lo cual el elenco no incluiría adolescentes. Pero el director debutante, Richard Ciupka, quería algo menos sangriento y con pretensiones artísticas. La tensión entre ambos fue creciendo a punto tal que muchos creían que jamás se terminaría la película.

¿Pero de qué se trata Cortinas? Samantha Sherwood (Samantha Eggar), actriz y musa del director de cine Jonathan Stryker (John Vernon), toma, de común acuerdo con él, la decisión de internarse en un psiquiátrico con el fin de prepararse para interpretar el papel de Audra, protagonista de su próxima película juntos. Una vez allí descubre que Stryker la ha abandonado a su suerte y reunido en su lugar a un grupo de mujeres jóvenes en una aislada mansión para escoger entre ellas al personaje. Samantha huye del psiquiátrico con intención de arruinar ese plan y llega a la mansión, donde además del director y las actrices hay un asistente del realizador, llamado Matthew (Michael Wincott). Una vez reunidos allí, comenzarán a producirse asesinatos, algunos vinculados con una extraña muñeca.

La base de la película es excelente, pero su ejecución es caótica y deja más cabos sueltos de lo que el espectador más tolerante puede aceptar. El lujo de tener a John Vernon y a Samantha Eggar es un atractivo, aun cuando ambos hayan renegado de este título al que consideran muy alejado de su idea original. Las contradicciones y las trampas de guión son en parte intencionales y en parte producto de que la producción terminó llevando tres años, siendo terminada por el productor, ya que el director se retiró a mitad del rodaje. Esta salida le da a la película uno de sus mejores detalles: en los títulos aparece como director Jonathan Stryker, el personaje de director de la película.

Tiene un par de escenas que merecen estar en cualquier recopilación del género slasher, particularmente la del patinaje sobre el hielo y también algunos climas que funcionan aunque no vayan a ningún lado. Las fallas son muchas, pero algo del encanto no se ha perdido. Por algo se transformó en un clásico de culto. Las copias del film fueron, durante mucho tiempo, muy malas, siendo la edición el Blu-Ray la que le permitió a una nueva generación disfrutar de Cortinas y a los viejos seguidores, entender un poco mejor lo que pasaba en algunas escenas. El cine de terror es el género donde incluso las películas fallidas resultan irresistibles.