Series

1923

De: Ben Richardson

La serie 1923 (2022-2025) es una secuela de la miniserie 1883 (2021-2022) y una precuela de la serie central de la franquicia, Yellowstone (2018-2024). Quince episodios divididos en dos temporadas, la primera de ocho episodios y la segunda de siete. El elenco coral tiene como pareja principal destacada a Harrison Ford y Helen Mirren. La pareja, que ya había trabajado junta en La Costa Mosquito (The Mosquito Coast, 1986) de Peter Weir, interpreta acá a Jacob Dutton, hermano mayor de James Dutton, y a Cara Dutton. Son los dos veteranos en la serie, tanto dentro como fuera de la pantalla y también el motivo central por el cual nadie debe perderse 1923. La serie es una creación de Taylor Sheridan, el brillante creador de toda la saga de Yellowstone. Sheridan acá es productor y también guionista, dejando la dirección a Ben Richardson, realizador a cargo de trece de los quince episodios. Los otros dos los dirigió Guy Ferland.

La trama de 1923 difiere mucho de la concentración dramática perfecta de la miniserie 1883. Ya instalada en Montana, la familia Dutton tiene su rancho Yellowstone y debe pelear con diferentes tipos de amenazas, además del comienzo de la Gran Depresión que alcanzaría a todo el país en los siguientes años. La pelea contra los criadores de ovejas, liderados por Banner Creighton (Jerome Flynn), la sequía y un millonario, Donald Whitfield (Timothy Dalton), que intenta imponerse en Montana para hacer sus negocios son varios de los problemas que deben enfrentar Jacob y Cara Dutton junto a su familia. Spencer Dutton, hijo de James y Margaret Dutton está en África luego de haber peleado en la Primera Guerra Mundial. Sin superar ese conflicto se ha dedicado a la cacería y a guiar cazadores en ese continente. Cuando Spencer conozca a Alexandra de Surrey (Julia Schlaepfer), nacerá entre ellos un amor gigantesco, pero el llamado de la familia desde Montana obliga a Spencer a volver a su hogar, Alexandra, miembro de la familia real británica, lo seguirá a cualquier precio. Y finalmente la última de las historias es la de una joven india americana, Teonna Rainwater (Aminah Nieves) que sufre las penurias de una escuela para aborígenes manejada de forma violenta por monjas y un cura. Todas estas historias se irán intercalando en la narración como diferentes películas, cada una con su tono y su estilo, aunque aunadas como prólogo de lo que décadas más tarde será la trama de Yellowstone.

La presencia de Harrison Ford y Helen Mirren es tan magnética que cada escena donde están ellos es memorable. Su condición de estrellas veteranas interpretando a su vez a un matrimonio veterano y sabio es la elección que define la calidad de las dos temporadas de la serie. También hay otros rostros conocidos, como el de Timothy Dalton, pero son Ford y Mirren el gancho más importante que tiene 1923. En la temporada inicial vemos a Spencer y Alexandra enamorados, pasando toda clase de peripecias, primero en África y luego cuando intentan ir a Montana. Al comienzo parece que ese viaje se resolverá en dos capítulos, pero pronto se descubre el juego de que ese viaje será una de las tramas en sí mismas. Su historia es como una novela de aventuras del siglo XIX o un folletín de principios del siglo XX. En la temporada dos, cuando Alexandra le cuenta su historia a una pareja de millonarios él contesta: “Debería contarle esto a mi amigo Edgar Rice Burroughs, seguro escribiría un libro con esto”. Burroughs, claro, es el autor del clásico Tarzán de los monos (1912) y sus muchas secuelas. Esa cita explícita explica las intenciones de Taylor Sheridan, que construye toda esa historia dentro del género. Las otras dos narraciones, las del rancho Yellowstone y la de Teonna, están más dentro del western, conectados tanto como 1883 como con el futuro de la franquicia. Teonna vive en el lado más salvaje de ese oeste que llega a su fin, los Dutton se enfrentan a cambios enormes que alterarán la cara del oeste para siempre. Los autos, la electricidad y otros avances, forman parte de la trama. Los palenques para los caballos desaparecen de la ciudad y se suman espacios para los autos. El progreso avanza, para bien o para mal, pero de forma inevitable.

La historia de aventuras, una vez que uno la asume como tal, es espectacular. Ojalá Taylor Sheridan vuelva sobre ese género en el futuro. Las otras, las del western, ya sabemos que funcionan muy bien. Pero claro, si bien Sheridan representa los grandes valores de Estados Unidos y occidente, su mirada no deja de ser revisionista. Eso implica que tanto el western como la aventura tengan una violencia potente y un punto de vista crítico sobre los aspectos más oscuros de esas sociedades. “Las bendiciones de la civilización” como dicen irónicamente dos personajes al final de La diligencia (1939) de John Ford. No hay duda alguna de que el corazón del realizador está con los Dutton, pero su mirada no es idealizada. Por algo a la hora de los premios todos se olvidan de sus series mientras al mismo tiempo cualquier tontería políticamente correcta se lleva toda la atención. Eso habla bien de Sheridan, no mal. No hay autor más clásico y coherente en todos los Estados Unidos hoy en día. Abreva en la tradición, la respeta y la quiere, aun cuando sus trabajos estén perfectamente actualizados.

Tal vez lo que le complica el camino a 1923 tiene que ver con la dosificación de las penurias de los personajes. Es cierto que la historia de Spencer y Alexandra es tanto de aventuras como de melodrama, pero el sufrimiento se vuelve por momentos extremo, casi intolerable. Todos los males del mundo parecen caer sobre ella y eso no sólo lastima, sino que le quita equilibrio a la trama. Hasta la historia de Teonna termina siendo más equilibrada en ese aspecto. Son decisiones, pero estas traen consecuencias. En 1883 había un episodio que era también doloroso, pero había un equilibrio mayor. Hay momentos catárticos en los cuales el mundo parece ordenarse y los personajes encuentran alivio, aunque en 1923 no está tan afinado como en la miniserie anterior. Es un placer extra, aprovechemos para decir, escuchar la voz en off de Elsa Dutton (Isabel May), protagonista de 1883. Tampoco es tan efectiva la crueldad de Whitfield, incluyendo su crueldad sexual. Aunque su personaje tiene una mirada del futuro bastante acertada. Entre las cosas buenas hay que destacar la conciencia de algunos personajes que son villanos pero tienen límites. Las redenciones pueden ser tardías, pero están, mostrando matices entre épocas y objetivos.

Aunque tenga tal vez un poco más de material para una temporada más, lo mejor es dejar la serie aquí y en todo caso jugar con sus ramificaciones. Ford y Mirren hacen historia con sus roles y la cantidad de material que ofrece 1923 es verdaderamente impactante. Juega con los géneros, las luchas de clases, la situación de la mujer un siglo atrás y otros tópicos que sabe aprovechar. Funciona como transición entre el western perfecto llamado 1883 y el neo western telenovelesco Yellowstone. Parte de una franquicia extraordinaria.