Peliculas

LOS TRES MOSQUETEROS

De: Paul W. S. Anderson

SER MOSQUETEROS HOY

Los tres mosqueteros (The Three Musketeers, 2011) es la nueva adaptación de la novela de Alexandre Dumas (padre), también conocido en los países de habla hispana como Alejandro Dumas. El escritor francés nació en 1802 y murió en 1870. Su monumental obra incluye libros tales como La reina Margot, Los hermanos Corsos o El tulipán negro, pero sin dudas son El conde de Montecristo y Los tres mosqueteros sus libros más perdurables y populares. Incluso entre ellas se pelean por ser el más famoso libro del gran escritor.
Estas novelas, elegidas generación tras generación, han sido material rico para el cine, la televisión, la historieta y hasta la radio. Los tres mosqueteros es una novela sobre un joven gascón llamado D´Artagnan, que viaja a Paris para cumplir su sueño de convertirse en mosquetero. Allí conoce, accidentalmente –en un capítulo memorable- a los famosos tres mosqueteros del título: Athos, Porthos y Aramis. Juntos se convertirán en amigos inseparables y encararán diferentes aventuras. La primera, la más famosa, es la de frustrar los planes de Richelieu para desestabilizar al Rey de Francia, y cuenta con personajes inolvidables como la malvada Milady de Winter o Planchet, el gracioso empleado de D´Artagnan. Pero las aventuras de Los tres mosqueteros, escrita en 1844, no terminaron allí. Así como hoy se hacen secuelas de las películas, pues en aquellos años se hacían secuelas de las novelas. En 1845 Dumas publica Veinte años después, memorable reencuentro de los mosqueteros. Y en 1848 El vizconde de Bragelonne cierra la llamada “Trilogía de los mosqueteros”. Curiosamente, dentro de esta novela se encuentra El hombre de la máscara de hierro, que ha sido llevada al cine quitando del centro a los mosqueteros, pero cuyo nacimiento ocurrió dentro de una de sus novelas.

Pero Athos, Porthos, Aramis y el joven D´Artagnan siguieron luchando codo a codo a lo largo de toda la historia del cine. Las primeras versiones de Los tres mosqueteros nacieron antes que el sonido en el cine. El más grande actor del cine de aventuras de aquel período, Douglas Fairbanks, protagonizó una versión alegre de la novela en Hollywood, al mismo tiempo que en Francia se sucedían las diferentes adaptaciones. Francia luchó, durante años, por hacer las versiones más famosas de la novela, pero nunca lo consiguió. Sin embargo, en 1922, un cómico francés -Max Linder- le dio rostro a D´Artagnan además de él mismo escribir el guión de una desopilante parodia llamada (en Argentina) Los tres mosquiteros, que no sólo fue de avanzada en su humor, sino que también fue una interesante película de aventuras. Con la llegada del sonoro la novela no perdió fuerza, sino que por el contrario las versiones dieron la vuelta al mundo. En la década del 30 Hollywood hizo un musical, con unos mosqueteros cantantes, pero en 1942 superó la apuesta al hacer su propia versión del libro de Dumas protagonizada por Cantinflas. Argentina no se quedó atrás y en el año 1945 tuvo su propia versión, una digna coproducción con Uruguay. ¿Y quien interpretaba a D´Artagnan? Nada menos que un joven Armando Bó. Pero a todo clásico de la literatura le llega su film clásico y así pasó con Los tres mosqueteros en 1948 cuando la Metro Goldwyn Mayer filmó su adaptación con Gene Kelly en el rol de D´Artagnan, Van Heflin como Athos, Lana Turner como Milady de Winter y Vincent Price como Richelieu. Divertida, bella, espectacular, con un Technicolor que aun hoy abruma y con unas inolvidables peleas muy bien coreografiadas y coordinadas por el mismo Gene Kelly. A pesar de su humor y su agilidad, esta versión de Dumas es la que capta con mayor claridad el lado más oscuro y melodramático del texto original. Una curiosidad es que el personaje de Richelieu no era cardenal en este film, sino primer ministro, aparentemente para evitar malestar dentro de los católicos que no veían con buenos ojos que el villano fuera un miembro de la iglesia.

Series de televisión, dibujos animados (incluyendo la más insólita: Los mosqueperros), parodias, cortometrajes, todo siguió su curso hasta que Richard Lester dirigió dos películas basadas en la novela, precursora de los films divididos en dos partes. Con un elenco descomunal encabezado por Michael York, la intención de Lester fue la de crear una farsa que, a pesar de captar el espíritu de Dumas, diera rienda suelta a un humor provocador y moderno. Richard Chamberlain, Oliver Reed, Christopher Lee, Raquel Welch, Faye Dunaway y Charlton Heston eran otros de los grandes nombres que allí aparecían. En el año 1989 Lester encararía una última película con los mismos actores interpretando a los mosqueteros. El resultado, aunque menor, no dejaba de tener cierto encanto y era emocionante ver a los actores más avejentados no por maquillaje sino por el real paso del tiempo.

En los noventas Disney buscó una nueva versión con Chris O´Donnel, Kiefer Shuterland, Charlie Sheen y Oliver Platt (hoy suena insólito, pero recordemos que fue hace casi veinte años) que tuvo su espacio en la taquilla pero que no pudo recuperar la magia de las mejores versiones. El hombre de la máscara de hierro (1998) es otra versión de los mosqueteros, de una parte de la tercera novela, El Vizconde de Bragelonne, y aunque los mosqueteros eran famosos en aquel film, el cartel se lo llevaba Leonardo Di Caprio en su doble papel de Rey Luis XIV y el infortunado Phillipe. En el año 2000 Clint Eastwood dirigió Jinetes del espacio, que, a su manera, parecía ser una versión actualizada del cuarteto de amigos de los libros, en particular de la segunda novela de los mosqueteros: Veinte años después. Y algún día habrá que analizar también Los tomates asesinos invaden Francia, que se presenta a sí misma como “la cuarta parte de la trilogía de Los tomates asesinos, basada en la sinopsis de contratapa de El hombre de la máscara de hierro”.

Una lamentable versión con coreografías de artes marciales se conoció en el 2001 con el nombre de El mosquetero y ese fue el último paso en el cine antes de llegar a Los tres mosqueteros dirigida por Paul W. S. Anderson. El objetivo del director sin duda es crear una adaptación lo suficientemente espectacular e innovadora como para que esta sea la versión oficial del libro de Dumas para las nuevas generaciones. Para ello ha intentado agregarle a la historia algunos elementos más acordes a la sensibilidad actual. Los tres mosqueteros empieza con una maqueta que parece emular, en sofisticada versión 3D, las presentaciones clásicas de films como Casablanca, donde un mapa nos ponía en situación y nos pasaba información básica para entender la historia. Luego de esos minutos pone un poco de orden explicándonos quienes son Athos, Porthos, Aramis y… Milady. Algunos artilugios tecnológicos y una cita explícita a Resident Evil indican que ha cambiado el paradigma estético en el cual se desarrollará la historia. Esto no puede ser tomado como algo malo, cada versión ha hecho lo mismo, cada nueva adaptación ha sido justamente una traslación de la historia de Alexandre Dumas a la época en que los films se realizan.

Pero a no confundirse, porque a pesar de que la película agrega elementos nuevos en teoría bastante alejados del texto previo, en el fondo respeta muchas cosas del original, y esto es lo más llamativo. Tiene cuidado en mantener la estructura original de la historia, desde la llegada de D´Artagnan hasta la gran misión que los mosqueteros deben llevar adelante. La película está realizada, sin duda, para aquellos que jamás han leído la novela, lo cual es correcto, ya que las películas deben ser independientes del texto que toman como base. El juego de las comparaciones o el análisis del porqué de los cambios son un ejercicio extra que se le agrega a la experiencia de ver la película, pero no puede tomarse esto como una fórmula para saber si el film está bien o mal. Es hora de dejar de aplicar el método ridículo de “Más respeta la novela, mejor es el film”. La herejía es el mejor punto de partida para un film que adapta un clásico.

Algunas cosas son curiosas. En primer lugar, el descontrol tecnológico que incluye barcos voladores –gentileza de Leonardo Da Vinci-, no afecta en nada a la película. Jules Verne fue un gran admirador de Dumas y le habría parecido sin duda un honor ver algunos de sus universos metidos entre los mosqueteros. Las peleas de espadas se respetan, así que un poco de vuelo no hace daño y les ahorra tiempo a los mosqueteros en su regreso a Francia. Luego, tal vez sí parece un poco irresponsable y sin el más mínimo sentido el plano final de la película, cuya desubicación y desmesura se pasa de la raya. Otro tema es Milady. Desde hace años que el cine mainstream no sabe darle a este personaje su verdadera grandeza. Cuando uno piensa en la versión de 1948 y cómo lo interpretó Lana Turner y cómo la historia le daba toda su maldad y su dureza, hoy parece un chiste que sea una heroína de acción muy interesante, pero que le quita a la historia su costado más adulto. Y eso es lo que le falta a esta versión: la adultez de un clásico de Hollywood de 1948. Hecha esa salvedad, el casting funciona a la perfección y sorprenden varios actores, en particular el actor danés Mads Mikkelsen (el mismo de Después del casamiento, de Susanne Bier) interpretando a Rochefort. Una pregunta interesante es por qué se insiste –a diferencia de la novela- en matar a este personaje de forma violenta pero no hacer lo mismo con Milady. Y entonces, tal vez, llegamos al centro del problema.

Repito que el elenco es espectacular y sin duda es Milla Jovovich la pieza clave para asegurarse un éxito de taquilla. Habrá defensores y detractores de esta nueva versión como los hubo de todas las anteriores. Pero el gran conflicto es el vínculo superficial que esta grandilocuente película tiene con los temas. Hay más profundidad en la escena en la que los mosqueteros se chocan con D´Artagnan que en gran parte de lo que sigue. Y esto es, posiblemente, un mal del cine contemporáneo. No de todo el cine contemporáneo, porque aún tenemos a Spielberg, Cameron y otros grandes creadores de espectáculos trascendentes. El temor a que todo sea intrascendente es lo que preocupa acá. ¿Qué dice Anderson del mundo? ¿Cuál es su mirada sobre la historia que ha decidido filmar? Cuesta entender si existe eso. Por momentos hay asomos de algo así como la euforia de la aventura, y la vitalidad de arriesgarse en pos de una tarea mayor. Pero cuando la película cae en incoherencias, esto se desarma. Sin duda que Anderson tomas muchas decisiones buenas y que es capaz de sorprender en más de un momento. Algún día se hará una versión de Los tres mosqueteros cuya grandeza le de independencia de cualquier otra versión e incluso de la novela. No es el caso, pero tampoco esta versión es de las malas. Hay más respeto por la novela aquí que en muchas otras e, incluso para el que no ha leído el libro, esto es lo que le da fuerza a todo el relato. Mientras tanto, ese clásico inmortal de Alexandre Dumas sigue estando disponible para quien quiera leerlo. Y esta película dice más sobre la época en la que fue hecha que sobre el mundo. No es poco, Paul W. S. Anderson ha dado cuenta, posiblemente sin saberlo, del contexto estético en el cual le ha tocado filmar.