LOS ÚLTIMOS DÍAS DE MADAME BOVARY
Madame Bovary, publicada como novela en 1857, es una de las historias más importantes de la historia de la literatura universal. Controversial para su época, Gustave Flaubert tuvo que soportar incluso que lo llevaran a juicio por ofender la moral de aquella época. El libro fue llevado a la pantalla muchas veces, así como también adaptado como ópera. En el cine las versiones más famosas han sido la de Carlos Schlieper en 1947, protagonizada por Mecha Ortiz, la de 1949 de Vincente Minnelli con Jennifer Jones en el rol protagónica y la de Claude Chabrol en 1991 con Isabelle Huppert como Madame Bovary. Una gran producción está anunciada para el 2014, mostrando la clara vigencia de la historia. Pero ahora es Arturo Ripstein quien ha decidido acercarse al libro. Con su guionista habitual, Paz Alicia Garciadiego, como aliada, arman entre ambos una versión muy distinta a todas las demás. La más revulsiva de las adaptaciones había sido hasta ahora la argentina de Carlos Schlieper, porque el director feminista no sentía demasiada simpatía por Emma Bovary y creía que lo único que debía hacer era marcharse y vivir su vida. Ese enojo hizo que boicoteara con humor y subrayados irónicos gran parte de la trama. Minnelli apostó a su clásico personaje soñador y Chabrol con su actriz fetiche arremetió con ferocidad contra la burguesía y sus costumbres. Ripstein es aquí, por encima de cualquier otra cosa, fiel a sí mismo y despliega un film de una sordidez, una claustrofobia y una angustia terribles. Esta angustia, aumentada por el blanco y negro, no le impide alcanzar altos niveles de poesía e incluso rara belleza. Para quien conozca al director, tal vez no haya grandes sorpresas, pero aun así hay que reconocerle un gran pulso para lo trágico. No le importa a Ripstein el comienzo de la historia y se lanza desde el vamos al clímax de la novela y el desastre. Emilia, así se llama aquí la protagonista, está interpretada por una extraordinaria actriz llamada Arcelia Ramírez. Ella le da vida a uno de los personajes más grandes de la literatura y en el México actual logra que Madame Bovary tenga la misma fuerza y vigencia que tuvo cuando en el siglo XIX fue creada por Flaubert.