REGLAS BÁSICAS DE LA BUENA COMEDIA
Guerra de papás es una comedia más sofisticada que su título, aunque sin embargo tampoco es una de las obras maestras de la comedia norteamericana actual. Es simple, efectiva, y no pretende aleccionar al espectador. La historia es la de un hombre que no puede tener hijos (Will Ferrell) ha dejado atrás esa frustración cuando los hijos de su mujer (Linda Cardellini) lo aceptan y quieren como a un padre. Sin embargo el padre biológico (Mark Wahlberg) aparecerá para visitarlos y dicha visita generará una batalla entre ambos por destacarse más y lucirse frente a los niños. A diferencia de otro tipo de comedias de este estilo filmadas en décadas pasadas, Guerra de papás suscribe al estilo no emotivo, lleno de humor negro y comedia física vertiginosa propia de la nueva comedia americana. Sean Sanders, el director, tiene en su haber varias comedias y el propio Will Ferrell, con su so socio Adam McKay son también los productores de la película. Tal vez esta idea de lo sentimental pueda parecer irrelevante, pero en muchos casos es lo que termina delatando una cuestión moralista que le quita toda la gracias a las comedias. Como Billy Wilder o Ernst Lubitsch, la comedia es el vehículo a través del cual se expresan las ideas y no es necesario traer el drama. Así, aun sin llegar a ser brillante, la película conserva la dignidad de apostar siempre al humor, sin que esto la convierta en un film menos valioso que las que apelan al drama. Mientras que Adam Sandler perdió a su público por perseguirlo con toques de sentimentalismo, Ferrell se mantiene más cerca de su origen. Y cuenta, además, con Mark Wahlberg como buena dupla cómica para lograr su objetivo. En Policías de repuesto ambos actores ya habían demostrado química y aquí la confirman. Porque Guerra de papás es tanto una comedia de opuestos como de compañeros. Al viejo estilo de los dúos de comediantes, es más lo que suman juntos de lo que podrían restarse. La humildad es, a veces, una buena forma de salvar una comedia. Lo que más importa en una comedia es que sea graciosa y esta comedia lo es. Ferrell jamás permite que sus comedias escatimen gags.