Peliculas

LA GRAN APUESTA

De: Adam McKay

REALISTAS VS IDIOTAS

La gran apuesta está ambientada en los años previos al crash inmobiliario que originó la mayor crisis económica de las últimas décadas en los Estados Unidos. La película sigue la historia de aquellos que descubrieron la burbuja y decidieron apostar contra ella. Adam McKay, uno de los directores, productores y guionistas más talentosos de la comedia norteamericana actual, decide meterse acá en una clase de film más dramático, alejado de la comedia absurda a la que se ha dedicado. El realizador de Anchorman sin embargo, no pierde su sentido del humor. Elige en muchos pasajes realizar humor absurdo y utiliza recursos dinámicos y divertidos para tratar de que el espectador no se pierda ni se aburra con la jerga especializada que el film requiere. Aunque por otro lado, el que se trate de una historia terrible no significa que tenga también mucho de absurdo. Lo cierto es que McKay se preocupa mucho por la narración, por alejarse de la solemnidad y por buscar que la historia sea siempre atractiva. El resultado está muy bien, porque La gran apuesta describe la crisis económica en tono de comedia negra con una efectividad escalofriante. La película se basa en el libro del periodista Michael Lewis, que describe la crisis económica entre el 2007 y el 2010. McKay analiza a los personajes más raros posibles. A diferentes locos, excéntricos y temerarios que van contra la inmensa mayoría al descubrir la verdad de todo el sistema. Aunque todos saben cómo termina la historia, es apasionante ver todo mostrado desde adentro y desde el punto de vista de estos personajes. El elenco que eligió McKay para contar la historia es excepcional. Ryan Gosling, Christian Bale, Steve Carell, Brad Pitt encabezan el reparto. La historia de “los realistas vs los idiotas” como dice en algún momento un personaje, con una gran ironía acerca del destino final de la economía. Comedia negra y siniestra, La gran apuesta es sorprendente y funciona sin ser pretenciosa. Tal vez el origen de comedia de su director le ha permitido no tomarse demasiado en serio y dedicarse a hacer cine. Mientras que muchos films del Oscar nos abruman con su seriedad impostada, Adam McKay demuestra lo que cualquiera que sepa de cine sabe: el humor no se opone a la seriedad, la narración potente no está peleada con la profundidad y el entretenimiento en estado puro es una de las formas más sofisticadas y generosas de hacer cine.