Puede parecer un poco exagerado decir que ver una película argentina filmada parcialmente en la India es un mérito en sí mismo. Pero en ciertos casos, como este que comentamos acá, es verdaderamente lo más destacado para decir. También hay que decir que el director de la película, Pablo César, no es tímido ni falto de ambiciones a la hora de elegir lo que va a contar. Pensando en él cuenta dos historias separadas por el tiempo pero conectadas a través de un libro. Un presente donde un poco creíble profesor de geografía de un centro de detención de menores sufre una crisis existencial. La crisis se vincula con un alumno que lee y admira al poeta bengalí Rabindranath Tagore y que terminará al profesor leyendo lo que escribió la escritora argentina Victoria Ocampo sobre Tagore cuando lo conoció. La crisis y el texto de Ocampo llevarán al profesor hasta la India, en un viaje espiritual para conocerse a sí mismo.
La historia del profesor se ubica en el presente mientras vemos en un pasado en blanco y negro a Victoria Ocampo y a Rabindranath Tagore. La historia de Ocampo y Tagore, sin duda muy interesante, digna de ser contada, no consigue desarrollarse más que a través de viñetas un tanto estáticas y poco fluidas. Aunque más acartonado y poco creíble es todo el viaje del profesor, más allá de la originalidad de las locaciones y lo diferentes que resultan dentro del cine argentino. Hay algunos hallazgos parciales en ambas ideas, tanto en la historia del pasado como en el viaje en el presente, pero claramente no están conectadas ni se justifican juntas en una película. Pablo César tiene una filmografía muy particular dentro del cine nacional, con variedad de tonos y universos, pero esto no le asegura que sus películas alcancen el nivel de sus ambiciones. Esta película es muy superior en la teoría que en la práctica, algo que podrá atraer espectadores al cine pero finalmente no dejarlos conformes.