Es tan complicado decir algo sobre Diez menos que lo mejor es comenzar resumiendo su argumento según figura en el material de prensa, para juntar fuerzas para luego de eso intentar hacer una crítica. Quique es un trabajador comprometido con su trabajo, es creyente, católico practicante, fiel seguidor de los diez mandamientos. Su vida trascurre entre su trabajo, su mujer a la que ama y la iglesia. Un día todo se le da vuelta, es despedido de su trabajo, su mujer lo abandona, y lo echan de la casa donde vive. Quique abatido y descreído piensa que seguir los diez mandamientos no le sirvió de nada y que ahora irá rompiéndolos uno a uno.
Esta comedia protagonizada por Diego Perez tiene, como problema inicial, que no es graciosa. No hay una sola escena que logre, ni por error, producir risa alguna. Lo intenta, claro, casi todo el tiempo, lo que hace más complicado todo. También se supone que tiene un lado dramático y emotivo, sobre este punto tal vez lo mejor sea colocar un manto de piedad.
También pasaremos por alto el hecho de que la película tiene un guión demasiado parecido a Commandments (1997) película protagonizada por Aidan Quinn. Es mejor pasarlo por alto porque estoy seguro que debe haber más películas con esta premisa. Sin embargo, y para terminar con la piedad, es prácticamente incomprensible la ruptura de los diez mandamientos que se supone hace el protagonista de la película. Ese humor de televisión argentina antiguo ni siquiera nos permite disfrutar de una estructura dramática ordenada, para al menos llevar de forma pasable una historia tan mala. Antigua en el peor sentido, con serios problemas de guión y actuaciones, Diez menos podría encontrar un lugar entre las películas malas de culto, pero ni siquiera tiene la potencia delirante de los bodrios que acceden a esa categoría. Nada más para decir.