Tamasha es una comedia romántica protagonizada por dos gigantes del cine de la India: Deepika Padukone y Ranbir Kapoor. La pareja protagónica se conoce en la isla de Córcega, estando ambos de vacaciones. Ambos han viajado solos y para no arruinar el momento, acuerdan no contarse nada de sus vidas, incluso crear personajes de fantasía para que el breve encuentro sea tan mágico como el paisaje que los rodea. De ella no sabemos nada, pero en un largo y ambicioso prólogo de él sabemos que desde la infancia tiene pasión por las historias, que pasaba horas escuchando al viejo del pueblo los relatos más variados, desde los mitos de la India a las obras más famosas del mundo. Mal alumno, pero criado entre relatos, el joven Ved tiene facilidad para inventar historias y que Tara no sospeche nada de la vida rutinaria que él tiene, producto de la obediencia a su padre y el temor a su jefe.
La apasionado historia de amor, que incluye besos en la boca, algo no muy habitual en Bollywood, incluso hoy en día, deja una marca en ambos. Tara no deja de extrañar a Ved y a partir de una pista decide buscarlo para encontrarlo casualmente. Ella es una mujer de éxito en el trabajo y con una muy sólida posición económica. Vemos su crecimiento en ese aspecto con una secuencia de montaje en la que su carrera y una canción se intercalan en un inspirado y divertido montaje alterno. Tara ha conservado aquel recuerdo del pasado sin pensar, de forma inquietante hay que decir, en que el verdadero Ved no podía ser como las historias que ambos inventaron.
Así, y como es habitual en Bollywood, la comedia romántica y musical abre paso al melodrama. No anticiparé más de la trama, aunque el comienzo de la película anuncia perfectamente todo lo que pasará, al menos en la vida de Ved. A diferencia de otras películas del género, el espectador realmente no puede saber si la película tendrá un final feliz o terriblemente triste. Eso es mérito del guión y del inspirado director Imtiaz Ali. El despliegue visual de la película, aprovechando las locaciones de Córcega, Nueva Deli y Tokio, es de lo mejor que puede ofrecer el cine romántico más masivo que ofrece el cine de la India. Claramente se trata de un blockbuster, con estrellas, grandes canciones y un enorme despliegue de producción.
Imtiaz Ali repetiría estas características en su siguiente film Jab Harry Met Sejal (2015) protagonizada por Shah Rukh Khan y Anushka Sharma, otra ambiciosa película con locaciones en Europa. El cine de la India suele hacer estos “viajes” con sus protagonistas, sumando un imaginario más lujoso y en algún aspecto idealizado de otros países. Pero Tamasha también se mueve en la India –salvo el pueblo de la infancia del protagonista- en ámbitos de clase social alejada de la pobreza y la miseria, dándole un marco diferente al promedio de estas producciones. Lo que no falta es la constante referencia cinéfila, porque la cultura es, para los espectadores, cinematográfica. Así los ecos de Algo para recordar y Antes del amanecer suenan en varios momentos y muchos otros films de la India, como Don y Don 2, también son citados.
Finalmente a las buenas canciones hay que sumarle una gran pareja protagónica y pocos pero notables secundarios. Ranbir Kapoor, integrante de una legendaria dinastía de actores indios, va un poco más allá de las necesidades de una comedia romántica y logra varios buenos momentos de drama. Y en cuanto a Deepika Padukone no hay palabras para definir su carisma arrebatador, es sin duda una de las máximas estrellas del cine mundial. En poco más de una década ha logrado enamorar a Bollywood y se ha proyectado hacia el cine internacional. La química entre ambos es impecable, lo que asegura que la película funcione, en sus mejores y en sus peores momentos.