Posiblemente a partir de la fama de Alberto Gerchunoff y su libro Los gauchos judíos el pueblo de Moisés Ville no es desconocido para una buena parte de los argentinos. Sin embargo, e incluso varias películas argentinas después, en el año 2018 tal vez no sean tantos los que estén al tanto de cómo sigue la vida del pequeño pueblo rural de la Provincia de Santa Fe. El documental La Jerusalem Argentina se acerca hoy a Moisés Ville y retrata la vida de los últimos descendientes de aquellos inmigrantes que le dieron vida a la localidad, haciendo historia en el sentido más puro del término.
La película describe la situación del pueblo con infinito amor y respeto, pero sin dejar escapar una profunda melancolía al ver que sus mejores épocas han quedado atrás y que el propio legado está por momentos en riesgo. Un museo que busca mantener esa memoria, sinagogas casi vacías, tradiciones que van quedando atrás y una población que se ha diversificado y cambiado. En la película vemos como se prepara el 125 aniversario del pueblo, punto culminante de alegría y unión, pero tan efímero como lo puede ser un día de festejo.
La película elige bien sus escenas. Se entiende perfectamente el pasado y el presente del pueblo, se vive con tristeza pero también con humor la vida cotidiana. Es un pueblo de origen judío y es a la vez un pueblo de origen rural, ambas cosas conviven en la forma en la que las personas viven su vida cotidiana. También se ve que el recambio generacional no se produjo y la descendencia judía se fue a vivir a Israel o a Buenos Aires.
Más allá de Moisés Ville, lo que cuenta el documental es el final de un pueblo, de una época, de un sueño. Hay mucha emoción en eso y también algo de angustia. Pero también la realidad es que todos los pueblos cambian a lo largo de los siglos y esta no es una excepción. El final, particularmente movilizador, muestra a esos pioneros y el increíble desafío que lograron llevar adelante. Para los del presente, pero para aquellos del pasado, la película es un homenaje sin solemnidad y con muchísima humanidad.