Parchís: el documental es un estreno de Netflix que cuenta la historia del grupo musical infantil que entre 1979 y 1983 fue un éxito descomunal en España primero, y luego en Hispanoamérica, en particular en Argentina y en México. Si bien la banda siguió con integrantes de su formación inicial hasta 1985, fue en 1983 que terminó el esplendor de la banda de cinco niños que no sólo tuvo récords de ventas con sus discos sino que también llegó a protagonizar siete largometrajes en cine, tres de ellos filmados en Argentina.
El documental, dirigido por Daniel Arasanz cuenta de manera estrictamente cronológica el nacimiento, auge y caída del grupo. No busca en ningún momento alguna novedad estética ni se sale ni un instante del modelo más básico de la estructura del documental estándar. Tampoco lo busca, porque está claro que lo que quieren los cientos de miles de espectadores del mundo es volver a ver a sus ídolos. De hecho, Netflix tiene planificado estrenar los siete largometrajes que hicieron. Fragmentos de dichos film aparecen en el documental y a juzgar por la perfección de las copias queda claro que es parte del plan estrenarlas en los próximos meses.
Para los argentinos la banda Parchís estaba formada Yolanda, David, Tino, Gemma y Frank, ya que para cuando desembarcaron en Argentina ya no estaba en el grupo Óscar. La mencionada cronología del documental los presenta en orden, poniendo primero a Óscar y luego sacándolo de la historia cuando aparece el carismático y feliz Frank. Para los seguidores del grupo, insisto en que es un film para ellos, el golpe emocional es constante y los matices de cada uno de los cinco protagonistas podrán ser percibidos y disfrutados en otro nivel. Pero primero pensemos en la película en sí misma, y su valor como documental.
Buenas y malas noticias, se podría decir. O mejor dicho, las buenas y las malas noticias son las mismas noticias aquí. Parchís: el documental no es un documental para desencantarse, ni angustiarse ni pasarla mal. No es uno de esos film que destruyen la imagen de su protagonista o nos cuentan cosas monstruosas que ocurrieron mientras el mundo disfrutaba de su música. Eso es bueno para la salud mental de los fans y para los integrantes de Parchís, claro. Aunque queda claro que el documental es muy amable y no busca profundizar en nada oscuro, lo cierto es que consigue mostrar algunas cosas terribles que ocurrieron. Digamos que es más melancólico que perturbador, pero aun en eso, no puede evitar tener cierta alegría reinando. Es un documental para sentirse bien, no para quemar los discos o sentir culpa.
Lo que sí queda claro es que la irresponsabilidad frente a los actores y músicos infantiles ha sido una constante y que los Parchís tuvieron más suerte que otra cosa. Porque estuvieron bastante a la deriva un tiempo. A juzgar por sus vidas posteriores se podría decir que ninguno recibió un trauma definitivo. Todos pudieron reinventarse, aun cuando aquel furor infantil quedó como el momento más intenso de sus vidas. Otra cosa que queda claro es que fueron víctimas de un robo a cuatro manos, porque las descomunales ganancias que tuvieron nunca llegaron a plasmarse en sus cuentas como corresponde. Alguien se quedó con el dinero.
Lo más duro que les tocó vivir fuera de la vida de Parchís tuvo que ver con el accidente de Tino en el cual él perdió un brazo. Sin embargo, y aun en ese momento terrible, esta fue la excusa para unirlos luego de una larga separación.
En definitiva Parchís: el documental es un documental homenaje más que de denuncia o una exploración profunda, una oportunidad para volver hacia la infancia de los fans y también de sus protagonistas y para observar, como suele ocurrir con este género, como ha cambiado el mundo desde entonces. Para los argentinos será la excusa para ver a algunos personajes locales, incluyendo muchas escenas de Javier Portales en las películas del grupo. Algo de nostalgia, mucha melancolía y finalmente la alegría de quien vuelve sobre sus pasos para cerrar una etapa y ver que todo valió la pena. Tranquilizadora y sin sobresaltos, un documental para sentirse bien.