Documental sobre la explosión en la Escuela Nº 49 Nicolás Avellaneda de Moreno y la lucha que generó esta tragedia que costó la vida de dos personas que trabajaban allí.
Hecha de manera urgente, como respuesta casi instantánea y con afán combativo, la película tiene el valor que querer cambiar una situación terrible y a la vez hacer una reflexión sobre el sistema educativo.
Su mediocridad cinematográfica se ve seriamente empeorada al caer en un panfleto sin ética, que por momentos es preciso y riguroso para luego hacer la vista gorda y esconder información a los espectadores.
Es una pena que una causa justa se vea arruinada porque los realizadores tengan una agenda política que demuestra que más que interés por las víctimas tienen un fin político para defender los espacios políticos donde militan varios de los que dan testimonio.
Como sea, una tragedia así no debe volver a pasar, no importa la bandera política de los realizadores. La película cierra, aunque no quiera, admitiendo que la escuela fue restaurada, recuperada reinaugurada. No les gustó que un gobierno les dé la respuesta que no le dieron los anteriores.
Todavía hay mucho por hacer, y está bien que la película, recuperando su honestidad parcial, cierre pidiendo que se avance en esa dirección.