En el prólogo de Boda sangrienta (Ready or not) vemos una extraña cacería dentro de una mansión. No se sabe más, solo que la pobre víctima es perseguida por muchos, incluyendo niños. De ahí pasamos al presente, donde una joven novia se casará con un joven miembro de una opulenta y rara familia. ¿Dónde es la boda? En los jardines de la misma mansión.
Una vez concretada la boda ella descubrirá que hay una antigua tradición familiar en la que ella deberá formar parte, esté de acuerdo o no. La familia es fanática de los juegos, pero el que están a punto de jugar parece bastante más siniestro que un simple juego de mesa.
Mezcla de cine de terror y comedia, la película posee un fuerte humor negro y un espíritu gore ligero y divertido. Tal vez no haya nada más detrás de esta trama y se trate solo de un poco de diversión escalofriante. O quizás sea una manera graciosa de tratar la angustia de una persona cuando debe enfrentarse a la familia de su nuevo amor. Tal vez ni la familia ni el propio ser amado sean de confianza.
Para cuando la película llega a su fin todo ha pasado tan rápido de forma tan divertida que se le perdonarán algunas limitaciones e ideas un tanto pobres. La película respira originalidad (aun inspirándose en historias conocidas) y ganas de entretener a lo grande, no mucho más.