El Studio Ghibli es para todo el mundo sinónimo de Hayao Miyazaki, el creador de Mi vecino Totoro y La princesa Mononoke, entre otros clásicos. Pero además de Miyazaki y su socio Isao Takahata, el estudio ha producido otros films de otros directores. Puedo escuchar el mar es una rareza dentro de la producción del estudio. En primer lugar se trata del primer largometraje para televisión que realizaron, con una duración de 71 minutos, y también el primer film Ghibli no dirigido ni por Hayao Miyazaki ni Isao Takahata. Hasta la fecha sigue siendo el film más corto realizado por el estudio. Su director, Tomomi Mochizuki, tenía solo treinta y cuatro años al momento del rodaje y su trabajo previo como director era también en televisión, lugar donde permaneció después de este film.
Puedo escuchar el mar no posé la fantasía o la locura de los films previos del estudio, sino que se trata de un drama romántico protagonizado por personajes jóvenes. Para el espectador occidental la idea de dramas realistas con temas adultos no está asociada al cine de animación, pero en Japón esto es muy habitual. No tuvo distribución internacional comercial de gran importancia y por eso no tiene un título oficial en inglés. Aunque en Gran Bretaña finalmente se adoptó el título Ocean Waves, los fans de la película le han impuesto el nombre de I Can Hear the Sea, más parecido al original en japonés, Umi ga kikoeru. En castellano el título es Puedo escuchar el mar.
La historia que cuenta el film arranca con el protagonista en una estación de tren. Ve a una joven en el andén opuesto y allí comienza el recuerdo de la historia de ambos en común. Taku Morisaki es el joven que recuerda la historia previa. Rikako Mutō es una estudiante que acaba de ser transferida a una institución educativa en Kōchi, una ciudad costera alejada de la capital, tras el divorcio de sus padres. Allí estudian Taku Morisaki y Yukata Matsuno, dos grandes amigos, el primero de los cuales empieza a interesarse visiblemente por la recién llegada Muto.
Rikako es brillante en los deportes y en todas las materias, pero tiene una personalidad compleja que pone patas para arriba el universo de Taku. Él solo va detrás de ella, aceptando tratos ambiguos y contradictorios. La cosa se complica porque su amigo Yutaka también se interesa en la joven. La película muestra de forma realista y sin estridencias, la mirada del joven que se va enamorando cada vez más mientras de la otra parte recibe un trato ambiguo pero no carente de interés.
En comparación con las ambiciosas propuestas del estudio Ghibli, este drama romántico se ve pequeño y sin tanta fuerza, pero el notable cambio de género es lo que impacta. Mientras que hay títulos que son la bandera del estudio, este podría haber sido un proyecto creado fuera de Ghibli. Aunque varias citas al estudio delatan su pertenencia. Basado en la novela de la escritora Saeko Himuro, no sería raro ver una adaptación de esta misma historia realizada con actores. La melancólica mirada del protagonista y los conflictos de la joven que protagoniza junto a él la historia son motivos suficientes para mirar esta película olvidada del Studio Ghibli.