Madam C. J. Walker: Una mujer hecha a sí misma (Self Made: Inspired by the Life of Madam C.J. Walker) es una miniserie de cuatro episodios producida y estrenada por Netflix. El título es claro, el nombre con el cual fue conocida la protagonista y la idea de que se hizo a sí misma, que nadie le regaló nada. Su historia es apasionante y vale la pena traerla para un público internacional que tal vez no haya oído hablar jamás sobre ella y lo que vivió a lo largo de su carrera.
Sarah Breedlove fue el nombre con el que nació la mujer que se convertiría en un ícono del sueño americano. Una verdadera Self-Made Woman nacida en 1967 en Delta, Luisiana. Fue la primera de su familia nacida en luego Proclamación de Emancipación y a los siete años quedó huérfana. Fue madre a los 14 años y enviudó pocos años después. Comenzó a ganarse la vida como lavandera, tal cual lo muestra la serie, y su nombre pasó a la historia cuando se dedicó a crear y vender productos de belleza para las mujeres negras. Llegó a ser una de las primeras mujeres en ser millonaria en Estados Unidos sin haber heredado nada de nadie.
La serie y la vida real de Madam C.J. Walker no son idénticas. Si uno empieza a explorar los hechos tal cual fueron, se pierde y se olvida de la serie. Pero como es posible que la mayoría solo vea los cuatro episodios y sea todo lo que conozca de Walker, no es necesario seguir explorando más. Por otro lado, una ficción tiene todo el derecho del mundo a inventar lo que quiera y como quiera.
La serie es interesante y entretenida, pero algunos detalles indican que no le alcanza con la historia real. Demasiado sufrimiento al comienzo de la vida de la protagonista podría ahuyentar espectadores y por eso buscan crear unos separados en un ring de boxeo para generar un paralelo entre la historia de la protagonista y su rival y un match de boxeo histórico que aparece en la trama. Como sea, es forzado y se ve muy mal.
La villana de la serie está mal. Subrayada al extremo, es una sombra sobre la protagonista. No pude evitar la tentación de averiguar si realmente Madam C.J. Walker tuvo una enemiga a ese nivel y la respuesta, no sorprendente, es que no fue así, no como lo cuenta la serie. Una licencia poética que le juega en contra a la serie. Más interesante es el personaje de la hija y sus idas y vueltas con su madre, ahí la situación se ve más auténtica y dramática. Lo mismo con varios personajes secundarios que respaldan bien a Octavia Spencer en el rol protagónico. Spencer cumple con creces su trabajo a pesar de algunas situaciones de guión que no son fáciles de interpretar por lo falsas y forzadas que son.
La historia M. J. Walker es extraordinaria. Sufrió el racismo, el machismo, fue menospreciada por ser mujer, negra, descendiente de esclavos, de origen pobre y, según la serie, no ser hermosa. Su lucha para llegar a ser millonaria es fantástica y la serie, a pesar de tener casi cuatro horas, no cuenta en detalle todo su camino. Ahora que la conocemos será cuestión de buscar un buen documental que nos cuente la vida de este personaje increíble que hasta hace poco no conocíamos.