El cine de acción en Tailandia e Indonesia no es una novedad. Como otra naciones de Asia, estos países ha ofrecido grandes películas del género. Coproduciendo a veces con otros países o en solitario, le han cambiado la cara al cine de acción. Timo Tjahjanto es el nuevo director a seguir. En esta producción el cine tailandés se une al de Indonesia Headshot (2016) y ahora La noche nos persigue (The Night Come for Us, 2018) son dos películas que muestran una habilidad fuera de lo común. Netflix adquirió los derechos de esta última (ambas están disponibles allí) y el mundo ahora tiene la posibilidad de descubrir un clásico del género recién salido a la luz el año pasado.
Ito (Joe Taslim) es uno de los seis asesinos de élite de la Tríada del Sudeste Asiático, conocida como Six Seas. Después de masacrar un pueblo porque unos pocos aldeanos habían robado las drogas de la Tríada, Ito descubre a la última sobreviviente, una niña llamada Reina. Traiciona a los soldados de la Tríada y los mata para salvar a la niña. Regresa a la casa de su infancia de Yakarta y esconde a Reina en el departamento de su ex novia Shinta. Ella llama a Fatih, quien solía estar en una pandilla con Ito. Fatih los traslada a su propio departamento y trae a otros dos viejos compañeros. Mientras tanto Arian (Iko Uwais) –también parte de la vieja pandilla- se mudó a Macao, donde dirige un club para la Tríada. En su primera aparición mata a otros delincuentes porque golpearon a una de sus camareras. Un miembro de Six Seas, Chien Wu, lo llama para que mate a Ito.
Para cuando se presentan todos los personajes (hay más y todos interesantes) la película ya tuvo un puñado de escenas memorables. Si acaso los film musicales se destacan por tener cada uno la escena definitiva del género, en el cine de acción tailandés las escenas buscan convertirse en clásicos. No es exagerado decir que La muerte nos persigue ya tiene que estar en cualquier antología del género de acción y artes marciales. ¿Y por qué comparar al musical con el cine de acción? Muy fácil, las coreografías son parte imprescindible de ambos géneros y sin belleza, ritmo y espectacularidad, las cosas pasan sin pena ni gloria.
Iko Uwais, el responsable también de coreografiar las peleas y Joe Taslim vuelven a compartir cartel una vez más. Ambos están separados casi toda la película y hay un protagonismo mayor de Taslim, pero también espacio para que muchos personajes tengan buenas escenas, incluyendo a The Operator (Julie Stelle) un personaje misterioso que aparece en mitad de la película y que también es una de las estrellas de este nuevo cine de acción tailandés, como los dos protagonistas del film. Nadie desentona y cada uno tiene su momento, del primero hasta el último.
Quienes nunca hayan pasado por el cine de acción oriental de ultraviolencia, quienes no sepan quienes son Takashi Miike o Park Chan-wook, quienes no hayan visto The Raid o The Raid 2, es posible que vayan a quedar un poco impresionados por la descomunal carga de violencia y gore que el film tiene. Coreografiado de maravilla, deslumbrante e impactante a la vez. Para taparse los ojos o pegar un grito, pero siempre original y con un uso del lenguaje del cine superlativo. No hay acá excesos de esteticismo. La violencia está filmada de forma creativa y original, pero también de manera que todo se vea y entienda. Ni largas cámaras lentas ni trucos a la vista que nos permitan pensar en ampulosos efectos especiales. Cada pequeña puñalada, golpe o amputación se ven reales aunque sepamos que no lo son. Todo eso es mérito del director, la puesta en escena y una coreografía perfecta. Pura acción y movimiento, ideal para quienes amen el lenguaje del cine en estado puro, sin tantos diálogos ni explicaciones, solo cuadros en movimiento.