Jack Walsh (Robert De Niro) es un ex policía que se gana la vida como cazarrecompensas. Jack debe capturar a Jonathan «El duque» Mardukas (Charles Grodin), un contador que ha robado 15 millones de dólares a una banda criminal y los ha donado a la caridad. Después de que es liberado bajo fianza, desaparece. Jack recibirá la suma de 100 000 dólares si consigue llevar Mardukas desde Nueva York a Los Ángeles a tiempo. Pero el jefe mafioso Jimmy Serrano (Dennis Farina) envió a su gente para encontrar a Mardukas y asesinarlo. Mientras tanto, el FBI, con el agente Alonzo Mosely (Yaphet Kotto) a la cabeza, también intenta atrapar a Mardukas para a través de él poder arrestar Serrano.
Fuga a la medianoche está dirigida por Martin Brest, quien venía de realizar el éxito de taquilla número uno de 1984 Un detective suelto en Hollywood (Beverly Hills Cop). Con esa película había conseguido un espacio importante en la industria, además de haberle dado a Eddie Murphy una categoría de estrella mundial. Ambas películas se inscriben dentro del estilo de cine acción con comedia al uso de la década del ochenta. Luego de la oscuridad fría de la década anterior, el cine de Hollywood se tomó las cosas de manera un poco más liviana. El propio Robert De Niro buscaba un proyecto más ligero y Fuga a la medianoche podría figurar como la primera comedia liviana de toda su carrera. El propio Martin Brest no volvería a tener una película tan perfecta nunca más. Aunque obtuvo gran renombre con la remake de Perfume de mujer, su trabajo como director ahí lo pudo hacer cualquier otro empleado del estudio. Y en sus siguientes dos proyectos perdió por completo el rumbo. Otra remake, ¿Cónoces a Joe Black? tuvo una recepción tibia y su último film, Gigli, fue uno de los fracasos más sonoros de la historia del cine. No volvió a dirigir, pero al menos Fuga a la medianoche es una película maravillosa.
Comedia de acción, road movie y finalmente buddy movie (película de amigos, de camaradas, de compinches) entre dos personajes que poco a poco descubren que tienen mucho en común. Al igual de lo que ocurre en otros films de esa década, la honestidad y rectitud de los personajes termina siendo la virtud que más los une. Su moral contra la corrupción reinante es lo que los une y los hace combatir contra el mundo. A pesar de las muchas cosas que pasan en la película, el guión consigue que los personajes se desarrollen por completo, tengan una historia, se vuelvan interesantes para el espectador y generen una gran empatía. Fuga a la medianoche es una película muy sofisticada, de un estilo narrativo hoy perdido y fuera de moda. Los personajes pueden parecer cínicos al comienzo pero al final demuestran ser cada uno a su manera verdaderamente humanos. Para eso el casting de la película fue también clave. Los protagonistas un grupo de secundarios perfectos y de gran nivel son lo que hace cerrar perfecto todo el paquete.
Como todo proyecto de la industria del cine, los nombres de los actores y el director fueron variando mientras se armaba el proyecto pero el resultado final de la química entre Robert De Niro y Charles Grodin no podría imaginarse mejor con otros dos actores. De Niro se muestra a gusto con la historia, se divierte y al mismo tiempo se nota que se la toma en serio. Su gestualidad no está tan exagerada como en las comedias posteriores que hizo, todavía está metido en el papel poniendo todo su talento. Y Charles Grodin, muchísimo menos famoso que De Niro, aunque los cinéfilos lo conozcamos bien, es un verdadero prodigio de timing para la comedia. Grodin no utiliza el método como Robert De Niro, simplemente responde a la vieja escuela de la sobriedad cinematográfica. Sabe que con la cámara encima, un gesto, una mirada, pueden construir una escena. Pero lo más curioso de la película es que inesperadamente se vuelve emocionante al final. Eso es mérito de ambos actores, aunque la melancolía le queda más afín a Grodin que a De Niro. Un dúo actoral inesperado, pero brillante. Los méritos esta gran comedia y buddy movie se acrecientan gracias a ellos dos.