La acción transcurre en el pueblo de Santa Elena, Pantaleón Cordero Manso (Luis Sandrini) y su hermana Nélida (Nélida Bilbao) están en una multitud que espera la llegada del tren. Pantaleón espera la llegada de Sarita (Ana May) la hija de un caudillo político del pueblo. El intendente y su esposa han arreglado el matrimonio para tapar el enamoramiento inconducente de Sarita con un hombre de la capital. Pantaleón, de quien todos se aprovechan por ser tan bueno, es el único candidato que pudieron conseguir en tales circunstancias. El padrino promete convertirlo en un hombre de éxito.
El casamiento se produce y ya en la fiesta Sarita presiona a Pantaleón para que se convierta en un hombre de carácter y éxito. En la fiesta, Felipe (Osvaldo Miranda), el hijo de intendente, baila con Nélida, lo que termina provocando una pelea con el novio de ella, Adolfo (Tito Gómez). El intendente y su esposa lo presionan para que lo eche del trabajo y prohíba la relación entre Nélida y Adolfo. Se multiplican las presiones para que con su nuevo puesto Pantaleón cometa abusos de poder sin respetar la ley.
Se trata de una comedia al estilo de Hollywood, la gran referencia para el género en aquellos años. El más grande director de comedias de toda la historia del cine argentino, Carlos Schlieper, acá fue coguionista y asistente de dirección. Tampoco es difícil ver en el personaje de Luis Sandrini un gran parecido con los que interpretó Eddie Bracken en los films de Preston Sturges, aunque son contemporáneos, incluso un poco posteriores al film de Luis Bayón Herrera. El bueno usado por los malos, el pusilánime al que los manejos del pueblo se lo llevan puesto hasta que él dice basta. Y por supuesto una crítica a la corrupción política y los caudillos que manejan el poder junto con los intendentes sin honestidad.
Luis Sandrini está en su mejor época, es decir las primeras dos décadas de su carrera en cine. El patetismo propio de su personaje, siempre rodeado de miserables que lo utilizan. El prolífico Luis Bayón Herrera le da ritmo a la trama que tiene un film discursivo y abrupto, pero con una pequeña vuelta de tuerca que tiene simpatía. Como dato de color, en la película están, además de todos los mencionados, Carlos Enríquez, Héctor Quintanilla, un pequeño papel de Silvia Legrand y dos iniciados: Armando Bo y Eva Duarte. Una combinación rara e inclasificable para esta breve y ágil comedia.