Laurent Bouzereau es el máximo especialista en documentales sobre rodajes que existe. Más de ciento cincuenta trabajos sobre rodajes, material extra y backstage de todo tipo han marcado su breve pero prolífica carrera. Admirador de Steven Spielberg y Brian De Palma, este documentalista ha hecho un número increíble del material que acompaña las ediciones especiales de los clásicos del cine. Como punto máximo de su carrera se puede destacar Five Came Back (2018) el documental sobre los cinco grandes maestros del Hollywood clásico que fueron al frente de batalla a filmar durante la Segunda guerra mundial.
El nuevo documental de Laurent Bouzereau es sobre la actriz Natalie Wood. Cien minutos contando vida y obra de la protagonista de Amor sin barreras, Esplendor en la hierba y muchos otros films. Natalie Wood: Aquello que persiste (Natalie Wood: What Remains Behind, 2020). Demuestra tanto los méritos del director como sus limitaciones. Five Came Back prometía una nueva carrera para Bouzereau, pero este documental viene a desmentir un poco esa esperanza. El documental tiene el mismo vuelo que los extras que el director preparó para los aniversarios y ediciones de grandes películas, pero se tropieza cuando quiere hacer algún tipo de exploración o conseguir momentos de emoción.
Lo mejor que tiene es recordarle al gran público quien fue Natalie Wood y porque era una estrella de cine. Repasar su carrera, detenerse en algunos detalles de los films que protagonizó y mostrar la lucha entre su vida pública y la privada. Su valor para cambiar cosas de la industria, su deseo de mejores papeles y una mirada inteligente sobre todos ellos. Pero al mismo tiempo el director sabe que nadie ve documentales sobre estrellas del cine clásico hoy en día, al menos no de forma masiva, sino es por algún escándalo o, como en este caso, una muerte que despertó toda una gama de mitos urbanos al ser explotado de forma miserable por la prensa y disfrutado por un público que no sabe nada de cine y solo le importan los chimentos. El documental tiene que luchar contra eso y no logra el equilibrio adecuado.
Una vez más, el problema está en quien produce el film. La hija de Natalie Wood, Natasha Gregson Wagner, no solo produce el film, también charla con varios de los personajes principales, incluyendo a su padrastro Robert Wagner. Ella además habla directo a cámara en varios momentos claves, es decir ofrece la voz oficial de la película. Tendría que haberse blanqueado ese punto de vista para que funcione mejor. Y como finalmente la película pasa por la muerte de Natalie Wood, Gregson Wagner habla con su padre quien da la única y auténtica versión de los hechos. Por motivos incomprensibles, la escena está tomada a tres cámaras. Una para él, otra para su hijastra y una que los toma a ambos y, por un motivo incomprensible, realiza unos movimientos que diluyen la tensión y la emoción del momento. En definitiva se trata de un documental rutinario, estándar, cuya única función es clara y no necesariamente mala. La película es un homenaje a Natalie Wood y la versión final y definitiva acerca de su muerte. No hay nada más que agregar, solo queda ver sus películas, algunos clásicos indispensables de la historia del cine.