Rio Grande (1950) cierra la trilogía de la caballería de John Ford que incluye a Fort Apache (1948) y She Wore a Yellow Ribbon (1949). El director no estaba particularmente interesado en hacer esta película, pero accedió a realizarla porque eso le daba luz verde para su siguiente gran proyecto: The Quiet Man (1952) cuyo presupuesto y rodaje en colores en Irlanda suponía un desafío que el estudio Republic no quería respaldar salvo que hubiera un film taquillero antes. Los westerns en la década del cincuenta eran muy comerciales, casi éxitos de taquilla. Así que con un presupuesto de la mitad de lo que había costado Fort Apache, Ford filmó Rio Grande con John Wayne y Maureen O´Hara. Wayne y O´Hara se convertirían en una pareja cinematográfica de enorme éxito. Este dúo protagonizaría cuatro películas más, las dos siguientes dirigidas también por John Ford, The Quiet Man (1952) y The Wing of Eagles (1957). Las últimas dos serían McLintock! (1963) de Andrew V. McLaglen y Big Jake (1971) de George Sherman.
Aunque las condiciones de rodaje fueron poco exigentes y todo fue muy relajado, Rio Grande es, sin embargo, una bellísima película de John Ford y tiene varios detalles que la hacen única. La historia es la del teniente coronel Kirby Yorke (John Wayne), quien encabeza un puesto de caballería en el lado de Texas del Río Grande, defendiendo a los colonos contra los apaches que lanzan incursiones desde el lado mexicano del río. Cuando el hijo de dieciséis años de Yorke, Jeff (Claude Jarman Jr.), a quien no ha visto desde que era un bebé, aparece en el puesto como uno de los nuevos reclutas, lo trata con más dureza que a los demás. Las cosas se complican aún más cuando la esposa separada de Yorke, Kathleen (Maureen O’Hara), aparece para llevar a su hijo a casa.
Con el inconfundible marco del Monument Valley, en la película aparece un elenco netamente fordiano que incluye a varios clásicos como Victor McLaglen, Ben Johnson y Harry Carey Jr. La idea de la camaradería, los códigos de los personajes fordianos y el siempre presente sentido del humor. Pero por encima de cualquier otra cosa es la historia de una familia. De un hijo que quiere demostrar que está a la altura del desafío de ser un buen militar aunque lo han expulsado de West Point, la historia de una madre y una esposa que intenta proteger a los suyos, tratando como puede su angustia y su miedo a perderlos y finalmente el Teniente Coronel Yorke, que los quiere a ambos pero con pudor fordiano observa todo de forma sutil, sin subrayados. Hay muchas escenas sublimes con respecto a eso, detalles puramente fordianos. El orgullo que siente Yorke por su hijo y que el espectador ve aunque él no se lo demuestre a él en un comienzo.
Considerada como una obra menor o de segunda línea, Río Grande es una película fordiana hasta el último fotograma, cargada de emociones y sentimientos. Con muchas escenas que alcanzarían para explicar a la perfección el cine del más grande de los directores de todos los tiempos. Wayne y O´Hara a pura emoción, llevando el humanismo del director a su punto más auténtico. El cierre perfecto para una trilogía imprescindible dentro de la historia del cine.