La ópera prima del alemán Patrick Vollrath es un film pequeño y claustrofóbico que sin que el espectador lo adivine, construirá toda su historia alrededor de un protagonista excluyente y un espacio cerrado. Con una historia sencilla y mínima, arma un gran film de suspenso. Tobias Ellis (Joseph Gordon-Levitt) es un joven y experimentado copiloto estadounidense que cumple su trabajo en un vuelo comercial entre Berlín y París.
Ellis y el capitán son sorprendidos por un grupo terrorista que toma el avión. La situación tiene sus vueltas de tuerca y Ellis es el único que puede detener el ataque en el cual están comprometidos los pasajeros del vuelo y la tripulación. Nada más para contar, pero tiene varias escenas de esas que hacen que el espectador quede al borde de la butaca o gritándole al televisor. Suspenso puro y duro y tensión al límite, más allá de las inevitables concesiones dramáticas que la película hace para cerrar la historia.
Nada le sobra a la película. La historia arranca con todo y termina cuando tiene que hacerlo sin extenderse un segundo más. Esas películas que impactan rápidamente y que prometen la carrera de un director debutante con habilidad para contar buenas historias.