Hasta hace muy poco tiempo, cuando funcionaban todos los cines del mundo, si un actor clase A pasaba a hacer películas berretas casi no nos enterábamos. Sin pena ni gloria se perdían en la noche de los tiempos. Pero sin cines, con muchos estrenos atrasados, y con la gente consumiendo streaming todo el día, esos bodrios impresentables cobran una nueva vida. Tal es el caso de Actos de violencia (Acts of Violence, 2018) dirigida por Brett Donowho y donde Bruce Willis hace un papel secundario que la plataforma Netflix vende como protagónico. Si les gusta un poco, algo o mucho Bruce Willis, les aconsejo que no la vean.
Después de que una red de trata de mujeres secuestra a la novia de su hermano, un veterano de guerra (Cole Hauser) se une a sus hermanos para rescatarla. En esa búsqueda se cruzan con un policía que investiga las redes de tráfico, Avery (Bruce Willis), quien simpatiza con ellos pero está atado por su propio departamento a la hora de arrestar directamente a los criminales. Los protagonistas son los miembros de la familia, no el policía, que aparece en tres o cuatro escenas para resolver situaciones muy puntuales. Bruce Willis no es el héroe ni el protagonista.
Filmada con una enorme torpeza, usando todos los lugares comunes visuales y de guión posibles, la película avanza de forma despareja y tambaleante, pasando de una escena demasiado breve a otra completamente inútil. Con muchos tiroteos pero aun así nunca entretenida. El gasto que tuvieron con el sueldo de Bruce Willis no les permitió completar un elenco de buen nivel, aunque Cole Hauser cumple con profesionalismo su parte. En la época del VHS esta era la película que todos hubieran alquilado por error la primera semana y luego habría quedado olvidada en los estantes sin que ni siquiera los empleados la recomendaran.