Un padre de familia (Arnold Schwarzenegger) pierde a su esposa y a su hija embarazada que mueren en un choque entre dos aviones en vuelo. El controlador del aeropuerto (Scoot McNairy) vive atormentado por el evento y tanto él como su familia sufren las consecuencias posteriores a la tragedia. La película sigue la vida de estos dos personajes, sus pesares y su manera de sobrellevar la vida.
Inusual personaje para Schwarzenegger, una gigantesca estrella del cine de acción que aparece aquí en un rol más dramático. Digamos que esta historia está más cerca de un film de los hermanos Dardenne que de una película de James Cameron. El actor, mostrando vejez y cansancio, arrugas y pesar, resulta convincente en el personaje. La película no es muy sofisticada, pero no se desvía de su eje y en su humildad consigue construir ideas claras.
Lo que busca contar Aftermath es muy sencillo y la película resuelve sus dos o tres escenas clave de manera impecable. Aprovecha al actor incluso en el clímax del film, donde la presencia de Schwarzenegger y su historia son clave para entender el ánimo del personaje. La película está basada en un evento real, y los cambios que el film le hace a esa historia verdadera dan cuenta del espíritu que anida en la realización de este inusual título dentro de la filmografía de uno de los gigantes del cine contemporáneo.