En los turbulentos años 20 en China, el bandido Pocky Zhang (Jiang Wen), junto a su aliado forzado Ma Bangde (Ge You, una verdadera leyenda del cine chino), llega a la remota Goose Town haciéndose pasar por el nuevo gobernador que acaba de morir cuando Zhang y sus hombres atacaron su tren. Pero el conflicto es que en Goose Town se encuentra el mafioso local Huang (Chow Yun Fat), quien vive en la ciudadela fortificada que domina la ciudad. Aunque Tang es consciente de los anteriores acuerdos financieros de Huang con el ex-gobernador de la ciudad, Zhang no está interesado en compartir su riqueza con un ladrón y se desatará una disputa entre ambos cada vez mayor.
Let the Bullets Fly (Rang zidan fei, 2010) es una coproducción entre China y Hong Kong que se convirtió en el momento de su estreno en la película más taquillera de la historia de China. No es raro imaginar el motivo. Se trata de una película espectacular, que combina la aventura, el cine bélico, el western, el cine de artes marciales, el cine de gángster y la comedia. Una propuesta cinéfila poderosa, intensa, recargada, llena de ideas y con un elenco espectacular. Se le nota su aura de clásico y también su ambición de serlo. Como ocurre con estas películas, la influencia de películas de todo el mundo se dan cita para construir una combinación que más allá de sus conexiones, respira originalidad.
Pero es importante aclarar que este delirio de comedia slapstick va a un ritmo feroz, que tiene diálogos veloces y que quien no esté iniciado en el cine de género oriental deberá estar muy atento para no perderse. El que se pierda igual retomará la trama más o menos pronto, pero es importante destacar que en épocas de streaming la distracción es una moneda corriente en los espectadores y esta película no la permite. El director y guionista de la película es el propio Wen Jiang, quien también tiene el rol principal. De este éxito deber haber surgido que terminara ocupando un rol clave en Rogue One (2016) la precuela y spin off de Star Wars (1977). Su triple trabajo aquí es irreprochable.
No es fácil que lleguen a los servicios de streaming esta clase de películas tan claramente marcadas por estilo y estética de un país. Let the Bullets Fly es oriental por completo, no sufrió ningún corte, ni se la adaptó de ninguna manera, es cine chino en estado puro. Señal de eso es ver al legendario Chon Yun-Fat actuando con los modos y el estilo chino, sin las características más occidentales con los que se ha lucido también en otras películas. Lo mismo para Carina Lau, conocida aquí por su participación en los films de Wong Kar-wai, entre otros.
Let the Bullets Fly tuvo una secuela y se aseguró su espacio en la historia del cine. Sirve como resumen perfecto de toda una forma de entender el cine de género en China y en Hong Kong. En una sola película se puede encontrar todo, con un ritmo frenético y una libertad estética no tan común ni tan bien empleada en el resto del mundo.