Basada íntegramente en la ópera-rock compuesta por Pete Townshend y The Who, grabada en 1969, Tommy es un musical que cuenta la historia de un niño que queda ciego, sordo y mudo como consecuencia del trauma sufrido al contemplar el asesinato accidental de su padre (que vuelve a aparecer luego de que se lo decretara muerto en la guerra) a manos del nuevo marido de su madre. Tommy, que además de los traumas aparentemente psicológicos, es autista, sufrirá una niñez y adolescencia difíciles y llenas de penurias, hasta que debido a sus singulares características se convertirá en estrella mundial del pinball e ídolo de masas, iniciando un culto que será sórdidamente administrado por sus parientes.
Película de culto por excelencia, Tommy sufrió toda clase de censuras y persecuciones en países con sensibilidad religiosa e intolerancia a la libertad pero también generó algunas polémicas por el uso de las drogas que aparece en la historia. Un título que se programó una y otra vez en funciones de viernes a la noche o sábado en la trasnoche durante años y años, en la época en la que las copias eran en 35 mm y se iban destruyendo en cada nueva proyección con el correr del tiempo. Como todo film de culto, sus fans conocen cada canción de memoria y cada uno de los secretos del film. Pero a la hora de hacer un análisis, lo que importa es lo que está en la pantalla, más allá del amo incondicional que el film despierta.
Ken Russell era, para 1975, la leyenda cinematográfica que todos conocemos. Había dirigido varios títulos importantes y prestigiosos, pero ya demostraba que era un realizador difícil de clasificar, para nada solemne ni acartonado. Mujeres apasionadas (Women in Love, 1969), La otra cara del amor (Music Lovers, 1971), Los demonios (The Devils, 1971) y Mahler (1974) entre otros títulos, le dieron un gran nombre y también le dieron su fama de polémico e iconoclasta. Tommy profundizaría esa fama, pero lo acercaría a todo un nuevo público, convirtiéndose en su película más popular, producto también de los nombres increíbles que forman parte del elenco.
Roger Daltrey interpretó el rol protagónico como Tommy Walker. En un trabajo que se volvió legendario Ann-Margret tuvo el rol de la madre del protagonista, ella recibió el Globo de oro a la mejor actriz secundaria y fue nominada al Oscar en la misma categoría. El padrastro siniestro lo interpretó Oliver Reed, uno de los favoritos de Ken Russell. Por supuesto está The Who completo (Pete Townshend, John Entwistle y Keith Moon, pero en roles más pequeños que Daltrey) y también Tina Turner como The Acid Queen, Eric Clapton como The Preacher, Elton John como El Pinball Wizard, entre más estrellas del espectacular casting. El padre de Tommy lo interpretó al padre de Tommy y como el médico especialista nada menos que Jack Nicholson. Aún hoy sigue siendo impactante ver a cada uno de los mencionados en la película. Todos están impecables.
Cada escena merece un análisis, todas son memorables, todas continúan siendo sorprendentes. Pero lo más importante a destacar es que es una película libre, llena de ideas, generosa con el espectador y con el cine. Una locura hermosa, un musical muy diferente a todo, pero no tan alejado de otros ensayos de aquellos años. La diferencia es que muchos films polémicos se quedaban en la polémica y con los años quedaron fechadas y petrificadas. Tommy, a pesar de sus momentos sórdidos y de ser una película muy crítica de la sociedad y el ser humano, sigue siendo una experiencia vital, divertida, desafiante.
Ken Russell dejó, en este film, varias imágenes inolvidables. Las canciones son espectaculares también, como todos saben, pero en la película se potencian de manera impecable. Russell entendió y mejoró el material que tuvo en sus manos. La carrera del realizador fue despareja luego de este título, pero Russell, aun en sus peores momentos, siempre nos dejó algún momento memorable. La libertad de su obra es digna de admiración y modelo a seguir. El riesgo permanente fue su marca de fábrica y Tommy un ejemplo perfecto de ello.