Reality Z es una serie de televisión brasileña de terror basada en la serie británica Dead Set y ha sido estrenada en el 2020 en Netflix. Producida en sociedad con Conspiração Filmes y dirigida por Cláudio Torres, la serie tiene diez episodios de poco menos que media hora cada uno.
El exitoso reality show llamado Olimpo, donde un grupo de concursantes fueron confinados, se interrumpe cuando un apocalipsis zombie se apodera de Río de Janeiro, lo que obliga a la producción y al elenco a permanecer encerrados en los estudios. El show, una versión kitsch de Gran Hermano, con toques de mitología griega, es furor en Brasil y las tribunas fuera de la casa están llenas esperando la salida de una concursante. Cuando los primeros zombies llegan al lugar todavía no son tantos, pero cuando todo el público se convierta en víctimas será cuestión de permanecer dentro de la casa o morir.
Un productor desagradable y la joven que sale de la casa quedan atrapados en una oficina. Una chica de producción logra meterse en la casa. Como era de esperarse, los integrantes del show son los últimos en enterarse y en entender que es lo que pasa. Cada episodio será una evolución de ese grupo más el afuera que irá creciendo. El azar quiere, además, que un político termine llegando al lugar y quede encerrado con ellos.
El comienzo de la serie se parece mucho a Dead Set (2008) aunque la serie británica sí tenía a Gran Hermano como el reality show donde pasa todo. Pero mientras que Dead Set resuelve todo en cinco episodios con un total de 142 minutos, Reality Z dura casi el doble. El motivo es muy sencillo, agrega personajes y conflictos. En teoría todos dirían que la miniserie británica no se alarga ni pierde el foco, pero la serie brasileña se abre paso con sentido del humor y buenos efectos gore, algo muy valorados en los films y programas de zombies.
El agregado del político le juega a favor y en contra. Por momentos parece que quiere decir algo, luego se queda en lugar comunes, finalmente sorprende con algunas vueltas de tuerca y retoma los conflictos esenciales del género. ¿Puede un grupo de personas desconocidas funcionar como grupo solidario en una emergencia de vida o muerte para todos? ¿Es el ser humano naturalmente bueno o todo lo contrario? ¿Se debe confiar en alguien o todos deben controlarse mutuamente? Con diversión y originalidad, a pesar de ser una remake, consigue entretener mucho con una propuesta efectiva que no le falta el respeto a la también buena versión británica del 2008.