La rápida propagación de una infección desconocida provoca el caos absoluto en una ciudad, convirtiendo a todo un vecindario de edificios en un espacio plagado de zombies. Sin embargo, un ciudadano que vive completamente solo logra permanecer al margen de ella en su departamento. Tiene, en un comienzo, algunas comodidades, pero sabe que pronto se le terminará el alimento y que el resto de los servicios también pueden cortarse. Deberá evaluar si existe alguna posibilidad de escapar o de aventurarse a algún lugar donde aprovisionarse.
#Vivo (#Saraitda, Corea del sur, 2020) tiene objetivos claros y sabe que su principal misión es no caer en lugares comunes y mantener el suspenso y la angustia durante noventa y ocho minutos. El guión, plagado de ideas, es acompañado por una dirección dinámica que convierte a la película es un entretenimiento sin pausa. Gran parte del relato y el punto de vista es desde un único departamento, lo que le da mucha fuerza dramática y también mantiene la claustrofobia. En un género tan usado como, incluso en Corea del sur, como es el de los films de zombies, conseguir que algo se vea nuevo es todo un logro. La película lo consigue y merece un espacio dentro de la historia de esta clase de títulos.