Wendy (Cornelia Gröschel), una mujer casada, tiene un hijo, un trabajo que no le gusta y vive una vida normal aparentemente ordenada en los suburbios. Lo único raro es la relación que tiene con su terapeuta, que le receta una medicación fuerte desde hace tiempo. Cuando conoce a Marek (Wotan Wilke Möhring), un extraño vagabundo, llega a un descubrimiento sorprendente: tiene poderes sobrenaturales y debido a la medicación no los ha podido desarrollar. Wendy entonces se arriesga y aprende a usar sus nuevas habilidades, lo que abre una nueva vida para ella. ¿Se convertirá ella y los demás ciudadanos con poderes en héroes o en villanos?
Es natural que con la enorme explosión de películas de superhéroes que surgieron en el siglo XXI, exista un sinfín de títulos que buscan un acercamiento diferente al género. Esta película alemana está en esa categoría pero no pasa de un mero comentario acerca de la responsabilidad que tiene una persona con poder. No explora demasiado en el tema y se termina antes de que pueda volverse interesante. No tiene grandes problemas como película, pero tampoco consigue destacarse, salvo por el hecho de provenir de Alemania, un país donde el tema de los héroes con mucho poder no ha sido demasiado transitado en el cine de género. El título del film remite, obviamente, al clásico Freaks (1932) de Tod Browning.