Adaptación libre del cuento de Oscar Wilde realizada en animación. Prolijo trabajo con tono ecológico-filosófico, mostrando la importancia de la naturaleza y su devenir. Con una técnica artesanal que por momentos produce instantes bellos, pero que en otros se ve fuera de época y algo monótona. Tal vez, como siempre, el problema es el doblaje de la película, donde las actuaciones parecen provenir de los films para niños que hacía el cine argentino cuarenta años atrás. Si bien es cierto que décadas atrás había mucho talento apuntando a los productos infantiles, no era su tono, sino su contenido lo que los hacía valiosos.
No hay nada realmente malo en la película. El tema está bien elegido, Oscar Wilde no era necesario, hay una búsqueda de la belleza y ciertos elementos de genuina simpatía. En un género que a veces da productos muy malos, ni por asomo puede considerarse a este film entre ellos. Sus limitaciones no son accidentales, la película tal vez buscó remitir a otra época y otra manera de entender el cine.