Dino Risi, uno de los más reconocidos directores de la comedia italiana, estaba haciendo sus primeros films cuando se cruzó con la ascendente figura de Sophia Loren. Ya había trabajado con actores que empezaban a brillar, pero aquí ella, tal cual ocurre en la historia de la película, llama la atención de manera sorprendente. No está sola en el memorable elenco del film. La coprotagonista, tal vez la verdadera protagonista del film, es Franca Valeri, gran actriz italiana de gigantesca carrera. Y están allí, acompañando, un puñado de estrellas italianas: Alberto Sordi, Vittorio De Sica, Raf Vallone y Peppino De Filippo. Con esos nombres, no le costó mucho a la película transformarse en un clásico. Pero como suele ocurrir, la mirada sobre la película tal vez esté un poco alejada de lo que es realmente.
Cesira (Franca Valeri) vive en casa de su primera Agnese (Sophia Loren). Cesira trabaja, se toma el colectivo lleno y sueña con encontrar al amor de su vida. Cuando está junto a su prima, no hay hombre que la mire, porque Agnese acapara todas las miradas de los más variados tipos de hombres. Agnese, por su parte, quiere trabajar como su prima, pero le resulta difícil que se la tomen en serio.
Cesira busca refugio en una adivina que le avisa que está bajo el signo de Venus y que es un buen momento para conseguir un hombre. Varios candidatos aparecen, pero en general están más preocupados por su prima o por sus propios asuntos que por la pobre Cesira. Dino Risi encuentra en esos hombres el material para arremeter con humor y crudeza contra los italianos y su manera de ser. Los cuatro hombres que retrata son distintos entre sí. Los más chantas son aquellos con los cuales el realizador puede desarrollar, aun siendo muy crítico de ellos, el humor de la película. Sordi despliega todo arsenal de comediante, en su clásico rol de chanta cobarde y mentiroso. De Sica hace un fantástico show como el poeta muerto de hambre capaz de cualquier cosa para conseguir cosas gratis.
Pero la película es sobre Cesira, el director apunta a ella En la escena inicial se entiende todo. Frustrada porque el médico vecino está a punto de casarse, la joven casi se cae de la venta de su casa. Es el primer paso de una comedia melancólica que divierte pero al mismo tiempo es capaz de angustiar. El universo del personaje, magníficamente interpretado por Franca Valeri, poco a poco se va volviendo cada vez más indignante. Vemos los trucos de los hombres con una claridad que ella todavía no entiende. Su esperanza es más fuerte que su mirada de la realidad. La película tiene todo el humor de una buena comedia italiana, pero no cae en sus excesos ni repeticiones. Un merecido clásico a tener en cuenta.