En 1968, Alabama, un niño se va a vivir con su abuela tras la muerte de sus padres. Un día, van a un supermercado y al niño se le acerca una bruja que intenta atraerlo con una serpiente y una barra de chocolate, pero su abuela lo llama y la bruja desaparece. Después de contarle a su abuela sobre el encuentro, el niño se entera de que las brujas son reales. Lejos de que el problema quede atrás, abuela y nieto terminan en un hotel donde se reúne una convención de brujas, incluyendo a la más poderosa de ellas.
La película está basada en un libro de Roald Dahl, tiene guión de Robert Zemeckis, Kenya Davis y Guillermo Del Toro. Está dirigida por el propio Robert Zemeckis y ya hubo una adaptación que es citada aquí varias veces. Aquella versión de 1990 era más oscura e inquietante, pero se puede decir que en otros aspectos aquí se respeta más el texto. Como sea, la de 1990 es un film de culto algo sobrevalorado debido a su director Nicolas Roeg y está es directamente un desastre sin rumbo que se vuelve más irritante teniendo en cuenta los grandes nombres que participaron.
¿Cómo es que el director de Volver al futuro y Forrest Gump llegó a esto? No lo sabemos, pero ocurrió. La buena noticia es que cuesta creer que haga un film peor. Ha tenido algunos títulos fallidos, pero aun en esos casos Zemeckis sabía encontrarle la vuelta. Acá algunos planos bien resueltos pueden mostrar que hay un director, pero de ninguna manera uno a la altura de la carrera de Robert Zemeckis. La falta de orientación incluye a los actores, en especial a Anne Hathaway, definitivamente fuera de lugar, molesta todo el tiempo.
Guillermo Del Toro quería que fuera un film de animación cuadro a cuadro y suena interesante. Para colmo de males, la película fue criticada por mostrar de forma negativa personas que tienen extremidades “cortadas”, lo que se conoce como ectrodactilia. La protagonista salió a pedir disculpas. Aunque nadie hace cine para herir sensibilidades, me pregunto cuánto le queda de vida al bochornoso cine actual si cada vez que se estrena algo hay que pedir disculpas a alguien. Lo malo sigue siendo la película, los pedidos de disculpa no afectan este desastre, solo afectarán el próximo.