Maynard (Michael Shannon) tiene una tienda en el pueblo de Pottersville. Es amable con todos y tolerante con las dificultades para pagar que algunos de sus clientes tienen. El pueblo está en crisis y Maynard en una noche de locura también pierde la cabeza. Para divertirse se disfraza de gorila y sale a pasear, pero la broma produce un efecto inesperado: Lo confunden con pie grande y todo el pueblo se revoluciona.
Comedia navideña que declara su amor por el clásico ¡Qué bello es vivir! (1946) de Frank Capra. En ese film el protagonista veía como hubiera sido el mundo sin él y uno de los cambios era que su pueblo se llamaba Pottersville debido a un banquero siniestro que le terminó dando su nombre. En el Pottersville de esta nueva película algo del espíritu navideño parece haberse perdido. Pero con la cita mencionada, también se avisa lo que vendrá.
La película tiene muchos buenos chistes y un elenco de grandes actores, pero en el tono hay que no termina de cerrar y queda a medio camino entre lo navideño y lo inquietante. Michael Shannon es un gran actor, pero no es la persona adecuada para hacer un hombre bueno y generoso, su gracia es ser poco confiable, incluso perturbador. El humor de la historia tampoco logra decidir hacia donde va.
El resultado es una comedia con buenos momentos y un film navideño con algo de emoción, pero difícil de comprar en su conjunto. Así como las cosas funcionan de a ratos, en otros simplemente fallan. A Michael Shannon lo acompañan Christina Hendricks, Judy Greer, Ron Perlman, Ian McShane y Thomas Lennon, pero eso tampoco alcanza para que el conjunto logre tener una forma adecuada.