Samuel (Kostja Ullmann) y Edda (Alli Neumann) pasan una noche juntos en una van. De camino a la vieja casa familiar de ella, a la que no ha vuelto desde hace cinco años, el dúo se cruza con algunos eventos raros y finalmente quedan metidos en medio de un ajuste de cuentas. Lejos de todo, terminan perdidos y separados, pero metidos ambos en hechos de violencia.
Película alemana que es la enésima herencia de Quentin Tarantino con toques de Guy Ritchie, pero sin el más mínimo atisbo de habilidad narrativa o recursos demagógicos pero espectaculares. Algo de humor, mucha sangre, historias cruzadas y muchos personajes. La trama se alarga y se torna más aburrida a cada minuto. La clase de películas que jamás se estrenaría en cines acá, pero hoy disfrutamos gracias al servicio de streaming que nos permite pasar por diferentes productos mediocres de todo el planeta. Una desgracia.