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La historia de las palabrotas

De: Christopher D´Elia

Docuserie documental de seis episodios de veinte minutos centrada en la historia de las palabrotas o las malas palabras. Siempre hablando del idioma inglés, por supuesto. Cada episodio está dedicado a una palabra específicamente y solo a ella. El presentador es Nicolas Cage y además de fragmentos de películas y animaciones humorísticas aparecen testimonios de expertos en lenguaje, licenciados varios y una docena de comediantes que van usando la palabra mientras dan su opinión.

El tema es interesante. En cada episodio hay buena información y alguna idea rescatable. Pero en promedio la estética insufrible de documental gracioso y veloz resulta contraproducente. Nunca estos documentales sirven y Netflix ama hacer uno tras otro. Cuando los hace sobre cine o videojuegos es como entrar a esos concursos televisivos donde tiran a los participantes en pozos con alimañas: por cada cosa que se rescata, hay que sufrir cien que son humillantes para la inteligencia humana.

Hay una intención de lograr un poco de erudición dentro de una forzada diversión. Y los capítulos son demasiado cortos en una señal de mayor respeto por el espectador. No es tanto tiempo el que hay que sufrir para obtener algo rescatable. Sí, hay buenos chistes y algunas risas, pero el tono total del documental muestra más improvisación que un enfoque decidido. Lo mejor es todo lo relacionado con el origen de las palabras y aquello vinculado a la censura, el resto es rutina.

Y Nicolas Cage presentando hace un trabajo sencillo de esos que se filman en un día. Si pensamos que son seis episodios de 20 minutos y que todos tienen títulos de comienzo y final, no llega a las dos horas toda la serie. Cage tiene grandes momentos, pero aun con él se nota que no ensayaron. Su trabajo es forzosamente cómico, cuando él podría haber estado un poco más serio y generar más humor. Tiene sus pequeños momentos brillantes, eso sí, y para cuando uno se acostumbró ya pasó la serie.

La palabra del primer episodio es la más importante: fuck.