Es bastante deprimente que a la película Greenland la hayan titulado para Latinoamérica El día del fin del mundo, más aún en esta época globalizada de streaming e internet, donde cualquier puede saber de que va una película con solo tomarse un segundo. Cine catástrofe en estado puro, como pueden ver, una apuesta que de forma accidental cae en un mundo abrumado por una pandemia. No hay virus acá, solo un asteroide gigante que, por una licencia poética, cae sin tiempo para tomar todos los recaudos.
Una verdadera lluvia asesina que llegará a su punto más alto cuando el fragmento más grande, aun mayor que aquel que terminó con los dinosaurios, caiga finalmente en el planeta. Pero si bien no hubo tiempo para este incidente en particular, el mundo sí tenía un as en la manga: refugios a prueba de todo ubicados en lugares secretos. Y un orden aleatorio para seleccionar a quienes deben ser parte de los elegidos para entrar en ellos.
Pero claro, es imposible mantener en secreto esto y el caos estalla. John Garrity, un arquitecto cuyo matrimonio está en crisis, está junto a su esposa y su hijo de siete años en su casa junto con amigos, cuando le llega por segunda vez el aviso del gobierno que debe ir al refugio. Hasta ese momento se ha dicho que no será tan grave la situación, pero el mensaje alerta a todos. El grupo mira por televisión el primer contacto de un fragmento con la Tierra y allí todos entienden la magnitud de lo que puede llegar a ocurrir.
Greenland tiene varios elementos propios del género. Elige una crisis matrimonial para el protagonista, algo que es muy común en las películas de cine catástrofe. Y también el debate entre la naturaleza bondadosa o malvada del ser humano. Hay que estar particularmente atento a John, porque él es, de la familia protagónica, quien busca redención, otro tema muy caro a esta clase de films. Pero la mejor decisión que toma la película es elegir un trio protagónico y no ser una película coral. A pesar de algunos rostros muy conocidos en el elenco, la historia se centra en John (Gerard Butler), Allison (Morena Baccarin) y Nathan (Roger Dale Floyd), la familia que lucha por llegar al refugio.
La película está dirigida por Ric Roman Waugh, el mismo de Presidente bajo fuego (Angel Has Fallen, 2019) donde también el protagonista era Gerard Butler. La película sorprende al comienzo con mucha acción y buenos giros en la trama, generando con gran eficacia empatía por los protagonistas y sufriendo la situación. Momentos de lograda angustia se sienten en ese inicio y la narración se mueve a toda velocidad en ese primer tercio. Luego explora los temas mencionados y se extiende de más, aunque se le nota siempre el deseo de entretener ofreciendo mucho para el espectador. Como siempre, hay que ser tolerante como las desadoradas libertades de la historia, porque esa es la mejor manera de disfrutar el show que ofrece el cine catástrofe. En estos días de tanta pobreza cinematográfica, algo así alcanza para cubrir nuestra cuota de apocalipsis anual.