Quienes conozcan la popular serie de animación Winx Club (2004) de Nickelodeon, se llevarán una sorpresa frente a esta nueva versión con actores de carne y hueso. Quienes no tengan idea de que estamos hablando, se perderán el salto que hay entre una serie y otra. Winx Club era una serie de animación que parecía derivar de Sailor Moon y Harry Potter. Lo primero desaparece por completo aquí, pero lo segundo se mantiene. Destino: La saga Winx sigue teniendo elementos de Harry Potter, pero ahora, volcado a un público adolescente, se parece mucho más a Buffy, la cazavampiros.
Aquí las hadas protagonistas son adolescentes semejantes a muchas otras series contemporáneas. El personaje central es Bloom, la única de las hadas que proviene del mundo de los humanos y ha sido criada como una persona normal. Ella llega al internado de Alfea, una escuela que entrena hadas y le enseña a controlar sus poderes mágicos. Bloom, por supuesto, es la diferente, y posiblemente la que venga a generar los mayores conflictos pero a la vez la más poderosa de las hadas, la que puede parecer una amenaza pero también la salvación de la escuela y su mundo.
La serie describe también a otras hadas, cada una con un poder distinto y una personalidad marcada. Cada una irá develando sus conflictos internos y construyendo un vínculo con Bloom. Las actrices son particularmente buenas y la variedad de personalidades está bien marcada, consiguiendo que nos interesen todas y cada una de ellas, así como los personajes masculinos de la misma escuela.
Al derivar de una serie infantil, Destino: La saga Winx es una serie adolescente que mantiene algo de pudor y sobriedad, aun cuando ya no esté destinada a los chicos. El comienzo tiene mucho de Harry Potter y son los capítulos finales de la temporada inicial los que la acerca a Buffy. El sentido del humor, sin embargo, no llega desplegarse, y cuando se pone solemne se vuelve algo aburrida. Pero se nota que tiene estilo y que pertenece al mundo de las series actuales sin olvidarse de las historias de otra época. La idea de retratar el mundo a adolescente a través de un universo mágico no es novedad, pero acá parece renovado y con ganas de contar una historia.