Gail (Radha Mitchell) y Luke (Henry Thomas) que junto con el hijo de él, Josh (Finlay Wojtak-Hissongse), se mudan a una casa aislada en medio de un bosque, donde el niño comienza a tener terribles acerca de su madre muerta. Para detener sus malos sueños, Josh roba un atrapasueños de una misteriosa vecina (Lin Shaye, un casting obligado en el cine de terror actual, también productora) y su familia deberá rescatarlo de las garras de una entidad maligna. El título de la película, Dreamkatcher en lugar de dreamcatcher juega con las palabras. En la escena inicial se aclara también la diferencia, usando una definición inventada, entre detener los malos sueños y atrapar a un demonio.
Otra aclaración importante es que no tiene vínculo alguno con el libro de Stephen King ni la película del 2003 dirigida por Lawrence Kasdan. Aclarado todo esto, hay que decir que la película se pierde en la multitud de films de terror con temáticas parecidas. No hay peor error en el cine de este género que mudarse de casa y, todavía más terrible, en una en medio del bosque. Debido a la temática hay muchas escenas de sueño y la mitad de la película alguien se está despertando de una pesadilla. Una escena durante los créditos del final alarga un poco más una película que no consigue llegar, de todas formas, a los noventa minutos.