En 1973, el actor de Hollywood Bing Russell, quien había tenido una carrera menor en cine pero se había hecho famoso por trabajar mucho en televisión, crea un equipo de béisbol de ligas menores independiente en Portland, Oregon. El equipo, que está formado por marginados e inadaptados, se convierte en un improbable éxito de la noche a la mañana y se transforma en un fenómeno admirado por todos.
La sinopsis parece la de una película de ficción. Una de esas donde alguien tiene una segunda oportunidad en la vida y recluta un grupo imposible para formar un equipo que se transforma en una sorpresa. Pero no es ficción, es la verdadera historia de Bing Russell, un actor menor en cine, que tuvo el honor de trabajar para John Ford y Howard Hawks, aunque en roles menores o incluso presencias no acreditadas. En televisión hizo cientos de episodios de grandes series pero su fama la alcanzó por trabajar en Bonanza (1961-1972) donde interpretó al Sherif Foster. Cuando esa serie terminó, su pasión absoluta por el beisbol, casi obsesiva, lo llevó a crear un equipo en Portland, donde se habían quedado sin ese deporte porque el equipo local se había marchado. La ciudad no parecía muy interesada en el beisbol.
La historia de los Portland Mavericks (Russell había trabajado en la serie Maverick años atrás) es la de un proyecto independiente, desconectado de las grandes ligas, pero también de los equipos que funcionaban como canteras de los grandes nombres. La historia es maravillosa, es insólito, repito, que sea un documental y no una historia escrita en Hollywood. Sin duda fue la inspiración para muchos guiones.
Y para quienes no lo saben, Bing Russell era el padre de Kurt Russell, quien tuvo una carrera actoral de mayor fama y que también jugó al beisbol en paralelo a su carrera en el cine. El brocho familiar lo dan los realizadores de la película, Chapman Way y Maclain Way, nietos de Bing y sobrinos de Kurt. La música es de un tercer hermano, Brocker Way. Los tres volvieron a realizar un documental para Netflix, Wild Wild Country (2018) que fue un verdadero furor en su estreno y que también transcurre en Oregon, como esta película. Los maltratados bastardos del beisbol tiene muchas más sorpresas, no hay muchos documentales más adorables que este.