Desaforada. Así se podría definir Fuera de control (Unhinged, Estados Unidos, 2020) dirigida por Derrick Borte. También se podría decir que es atrapante, entretenida, exagerada, delirante, efectista e inverosímil. Desde el minuto inicial la película llama la atención y nos muestra que no es una película más. No, no es una obra maestra, pero entra en la lista de las películas desatadas que producen en el espectador un enganche que pocos títulos producen habitualmente.
Si no quieren saber que pasa en la escena inicial, pueden pasar al siguiente párrafo. En el comienzo un hombre en una 4 x 4 se estaciona frente a una casa. Se lo ve fuera de sí. Se baja con un martillo y un bidón de nafta. Tira la puerta de la casa a golpes, mata a la pareja en su historia cuando bajan a ver que pasa y luego prende fuego la casa. La cámara observa desde afuera. El hombre es cuestión es nada menos que Russell Crowe. De ahí en más no hay manera de dejar la película.
Rachel Flynn (Caren Pistorius), una madre recién divorciada, lleva a su hijo Kyle (Gabriel Bateman) de 15 años a la escuela en la hora pico. Llegando también tarde a su trabajo, le toca la bocina a la 4×4 de la escena inicial porque no avanzó en un semáforo. El hombre (Russell Crowe, recuerden) alcanza a Rachel y, después de disculparse con ella, le pide que se disculpe. El intercambio se intensifica cuando Rachel le dice que no tiene nada de qué disculparse. La discusión crece y entonces el hombre le dice que le hará sentir lo que verdaderamente es un mal día. Comienza así una cacería de alcance inesperado.
El titulo original de la película es Unhinged, cuya traducción al castellano sería desquiciado, o desquiciada, sí quisiéramos dar más de una lectura al film. La película está bien filmada, tiene un suspenso muy logrado y un puñado de escenas para saltar de la butaca o el sillón. Es de la clase de títulos que hace que la gente le grite a la pantalla o el televisor. Russell Crowe, que usa un traje de gordo para verse aun más grandote, pone todo su corazón en el rol de villano. Se nota que se divierte mucho y eso mejora toda la película. Fuera de control es cine en el mejor y más delirante sentido del término.