Charles Dickens, como William Shakespeare, es un autor que nunca ha sido dejado del lado por el cine. Una y otra vez sus historias reciben nuevas adaptaciones, con nuevos enfocas, con nuevas ideas. Algunas son excelentes, otras mediocre, algunas son fieles al texto y en otros casos lo traicionan en todo lo que pueden.
Twist, como lo anuncia su título, es una nueva vuelta de tuerca sobre uno de los personajes más queridos de la obra de Charles Dickens: Oliver Twist. La película transcurre en el Londres moderno donde un grupo de jóvenes estafadores planean el robo del siglo. El artista y grafitero Oliver (Raff Law) se involucra con en este grupo dirigido por el veterano y maestro de ladrones Fagin (Michael Caine). Oliver es reclutado para el siguiente plan: apoderarse de una valiosa pintura que le fue robada a Fagin muchos años atrás. Deben para eso enfrentarse a un comerciante de arte embaucador, a la policía y, como era de esperarse, con la psicópata Sikes (Lena Headey).
La película es liviana y divertida, sin demasiadas pretensiones. Con el nombre de Dickens dando vueltas la película debe enfrentarse a toda clase de críticas, pero la única verdad es que es una historia de ladrones de guante blanco con humor. Una narrativa ágil y llena de trucos se esfuerza por darle siempre a la historia un ritmo veloz. Aun siendo una película pequeña toma cosas valiosas del libro en el que se basa y busca divertirse imaginando como sería Oliver si hubiera nacido en el siglo XXI.