Oslo (2021) es una película basada en la obra de teatro del mismo nombre estrenada en el año 2016. Recrea la historia del acuerdo entre israelíes y palestinos propiciado por una pareja noruega que dio lugar a los Acuerdos de Paz de Oslo de 1993 entre Israel y la OLP.
La película tiene diálogos filosos, aunque en algunos momentos algo obvios, actores que los dicen con el timing perfecto, en particular cuando se trata de los momentos humorísticos. Oslo está creada como un entretenimiento, una manera de hacer divertida una larga negociación.
Cuando la película se centra en las negociaciones funciona, cuando se va de ese encierro teatral se vuelve falsa y forzada, y sus reflexiones no aportan nada. Es curioso, pero es su manera de subrayar que es una película lo que más la perjudica.
Por otro lado, hacer todo lo posible para que las negociaciones sean atractivas para el espectador habla de la poca fe del texto en creer que un encuentro como ese no es de por sí apasionante. Estrenada en el 2021 la película sigue teniendo interés y tensión, incluso algo de amargura por ver la situación actual.
El elenco, recordemos que es una película para HBO, es un lujo de actores de televisión. Ruth Wilson (The Affair, Luther, His Dark Materials), Andrew Scott (Sherlock, Fleabag, His Dark Materials), Itzik Cohen (Fauda), Doval’e Glickman (Shtisel) y Sasson Gabay (Stockholm, Shtisel). Esto explica la calidad para resolver los diálogos con ritmo y eficiencia.
Tal vez el tema le queda demasiado grande a una película tan sencilla, pero con sus limitaciones parten de la concepción teatral de los temas y no de la forma en que la propia película está filmada. Lejos está de ser la mirada más sofisticada del conflicto y, por supuesto, intenta quedar bien con todo el mundo.