Gracias al servicio de streaming, en estos últimos años hemos podido ver un gran número de películas españolas que nunca habrían pasado por las salas de cine. Y lo bien que nos hubiera venido esa ausencia, ya que la inmensa mayoría son de mediocres para abajo.
En particular las que intentan emular los géneros en sus formas más puras. Esas son, con algunas honrosas excepciones, copias baratas y voluntaristas de mejores ejemplos del cine oriental o de Hollywood. Un paternalismo mezclado con obsecuencia, dos características de los comentarios de cine en estos últimos años insisten en que están muy bien, pero no hay que dejarse engañar. La frase completa es: están muy bien para ser españolas. Es decir que si no pasaron por los cines es porque no les daba la calidad para hacerlo.
Xtremo (2021) venía con más elogios de los comentaristas y los anunciadores de estrenos que del público. Las publinotas tienden a generar confusión, pero nunca son críticas de cine. Este film de acción es un esfuerzo muy grande pero fallido de hacer un film de ultraviolencia al estilo de las películas orientales o títulos más recientes como John Wick. Pocos instante de su larga duración consiguen ser interesantes.
Max, el protagonista del film, busca venganza. Dos años después de que su hermano Lucero traicionara a la familia, matando a su padre y a su hijo, Max arma un plan para llegar hasta Lucero y asesinarlo. Claro que debe pasar primero por otras etapas, pelear contra los hombres de su enemigo y cuidar a un joven protegido que queda expuesto a la banda. Nada tiene el más mínimo interés cinematográfico. Los actores son notoriamente horribles y todo suena a un arduo y lastimoso esfuerzo por lograr ser una película de mucha acción. Apenas si lo consigue en un par de momentos, pero el resto del tiempo es una dura batalla contra la vergüenza ajena al ver esta imitación de film de acción.