Natalia Meta, la realizadora de El prófugo, estrenó su ópera prima en el año 2014. Noche en Buenos Aires era un ambicioso policial con resultados aceptables, cuya salida comercial espectacular llamó la atención. Meta tenía una cualidad rara para el promedio de los cineastas nacionales: quería que su película fuera vista por mucha gente. En una cinematografía como la nuestra, donde los realizadores prefieren los créditos a las taquillas, la idea de Natalia Meta era una bocanada de aire fresco. Cine profesional, hecho en serio, con ganas de llegar a la mayor cantidad de pantallas.
Aunque no estaba obligada, la directora decidió ir en El prófugo un poco más allá. A un elenco de actores conocidos y una calidad técnica notable, le sumó un guión sofisticado y una puesta en escena precisa y con muchas ideas. Inés (Érica Rivas), sufre una situación traumática estando de vacaciones con su novio (Daniel Hendler). Su vida cotidiana se complica cuando en su trabajo empieza a recibir también señales de una presencia misteriosa que le hace dudar de su propia cordura. Inés trabaja en doblajes de películas y canta en un coro. El sonido y la voz son dos piezas claves de su trabajo, algo raro ocurre en ambas áreas, y sus pesadillas empiezan a meterse en su vida.
La película puede que tenga una variedad de influencias cinematográficas, desde el cine de terror italiano a Brian De Palma. La luz, el encuadre, el montaje y, por supuesto, un fantástico uso del sonido, son piezas que arman un film notable en la forma, pero también ayudan a la sofisticada estructura fantástica que la historia propone. Tal vez usar actores menos conocidos para algunos roles hubiera ayudado más a concretar el clima que la película busca todo el tiempo. Nahuel Pérez Biscayart es la excepción, su rostro posee la ambigüedad y la inquietud necesarias para que el fantástico entre en la historia y genere la genuina incertidumbre que la película reclama. Aun sin ser perfecta El prófugo confirma los deseos de la directora: Hacer el mejor cine posible usando al máximo las herramientas a su disposición.